Para capear el temporal infantil

El temporal de niños... Ese sí que no cesa para más de un padre o una madre y menos aún en vacaciones. Puede llegar a ser peor que una ola de frío polar. Sin embargo existen formas de afrontar este tipo de inclemencias vacacionales, más eficaces que el Plancal de la Junta, y que siempre están al alcance de todos. El belén de Villacedré Una de las opciones para capear el temporal infantil de vacaciones consiste en llevar a los niños a visitar belenes. Los hay en muchos puntos de nuestra provincia, elaborados con ingenio, trabajo, artilugios y otras máquinas que dan movimiento a las figuras, hacen brotar el agua de las fuentes y provocan la corriente en los arroyos. El de la iglesia de Villacedré es uno de esos belenes bonitos, preparados con todo lujo de detalles, pero conservando ese espíritu navideños que convierten la representación del nacimiento del Niño en una escena que parece que nos acoge y envuelve. Ahora que se ha ido la nieve, es uno de esos belenes cuya visita podemos incluir en un desplazamiento por la zona, teniendo en cuenta el horario de apertura del templo o consiguiendo que alguien nos abra la puerta si está cerrado. Los hinchables de La Bañeza Otra alternativa para entretener a los más pequeños pasa pro estar pendientes de los actos que organizan los Ayuntamientos en estas fechas. Así, en La Bañeza, las guerras de bolas de nieve dieron paso ayer a los saltos en los hinchables, instalados en la plaza Mayor para recreo de los infantes y como atractivo para el público en general -es decir, sus padres- por eso de fomentar las compras en los establecimientos del centro. Un gran tobogán y una ballena comeniños son las dos atracciones que se instalaron en la capital de las motos, la alubia, las ancas de rana y los imperiales. Parecía, en un principio, que el tiempo iba a ser un problema, más cuando es necesario descalzarse para utilizar estos artilugios, pero ayer ni llovió ni el termómetro bajó demasiado. Así, a mediodía, se registraban en la plaza diez grados positivos, aunque en la noche anterior había helado lo suficiente como para cubrir con una capa de hielo las piscinas municipales e incluso el embalse de La Tabla, en Jiménez de Jamuz. Peor que en los hinchables era caminar por la calle, bajo el insistente goteo del deshielo. A la movida de los hinchables se pueden añadir el campamento urbano, para el que se haya apuntado.