Diario de León

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ESA NEVADONA trajo colapso y en toda la montaña es una losa blanca de dos metros que sepulta el respirar de lo silvestre, quietos todos, quieta la sabina bajo toneladas de nieve que la acogotan, quieta la gineta en la hura de su tronca, quieto el topillo y el tejón, el raposo en su raposera, el lobo sin su lobada, la pardilla en su desconsuelo y la pitorra sin su colchón de hojarasca y virutas de insecto, todo suspendido en una respiración que corta un cuchillo de hielo y en un estómago que entona una sinfonía crónica de cañería esferulada, pobres bichos, fauna sometida a la prueba infrecuente de un prólogo glaciar, la gazuza manda en sus pasos y les debilita, hambre de licenciado Vidriera repartida por doquier... así que el hombre blanco, movido de una piedad que el ecologista discute, acude en socorro de las víctimas de la nevadona y reparte heno por las alturas como un redentor celestial que lanza desde helicóptero un maná de forraje. Bien. Y mal. ¿Existe el derecho o la obligación de intervenir en un fenómeno estrictamente natural? Auxiliar a estos animales ¿no es enmendar a la sabia naturaleza corrigiendo su escritura de milenios?... Da igual. Salvemos los pájaros con pelo. Vamos allá con la ingerencia y la cataplasma. Ahora bien, parece algo sospechoso que el único auxilio alimentario que se proporciona en esta calamidad climática haya sido forraje para los rumiantes silvestres, venados y corzos, fundamentalmente. ¿Y los demás no comen? Las aves rapaces están cruzando un ramadán peliagudo y el ayuno cuaresmal del resto es un plan bestia de adelgazamiento en quince días. Ya, pero del milano, del azor o del hurón no se saca renta cinegética, así que parece que la tal piedad con los pobres bichos viene a reducirse a los que proporcionan rentilla o ingresos por ser objetivo del escopetón que paga miles de euros por una cuerna o un pellejo que después lo inflan de serrín y nos los embuten en un museo o en el saloncito de cazadores exhibicionistas. En realidad esta lluvia de pacas de forraje que va cagando desde el cielo un pajarón con aspas no es ayudar a la fauna, sino ayudar a los cazadores; o sea, es entender la naturaleza sólo como un coto; y se hace enmendando lo que esta nevadona tiene de correctivo biológico y plan de saneamiento, pura selección natural. Qué vista. 1396927554 del hurón .. 1396927554

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