Descubren un bosque de corales a unas diez millas de la costa de Almería

Biólogos de la organización ecologista Oceana, en colaboración con la Fundación Biodiversidad y ayudados por un robot submarino, han explorado durante varias semanas la vida marina existente en el Macizo de Chella o Seco de los Olivos, a unas 10 millas de la costa de Almería, y han podido constatar la gran biodiversidad que se encuentra en ellas. Según se afirma desde Oceana, las grabaciones submarinas de esta pequeña montaña marina, realizadas en una zona de más de un kilómetro cuadrado a unas profundidades entre los 75 y los 240 metros, han demostrado la gran variedad de formas de vida que pueden encontrarse en ella. Desde importantes concentraciones de corales y gorgonias, a cetáceos como el delfín mular y el calderón común son habitantes de estos lugares. Algunas de las especies encontradas aquí son por primera vez mencionadas en el litoral almeriense y demuestran el alto valor ecológico de esta zona. El lugar presenta también importantes extensiones de bosques de algas pétreas o maërl y ecosistemas de arena. Pese a tratarse de colonias animales, su aspecto arbustivo y sus formas ramificadas, han hecho que las zonas donde se concentran los corales sean normalmente denominadas como bosques o jardines. Entre las más de diez especies identificadas se encuentran dos tipos de corales árbol, diferentes gorgonias o abanicos de mar, corales negros y otras muchas en las que aún trabajan los biólogos para su identificación. Se han encontrado también anémonas tubo, anémonas coloniales, plumas de mar, plumas redondas, manos de muerto o corales blandos. También se han filmado peces (rubios, rapes, anguilas serpiente, trompeteros, cabrachos, torpedos, pintarrojas, congrios, salmonetes), crustáceos (langostas, ermitaños, cangrejos reales, gambas esqueleto fantasmas), moluscos (sepia, pulpo), equinodermos (erizos, estrellas), esponjas (calcárea, oreja de elefante, tubular, arbórea), tunicados (ascidias coloniales) y gusanos poliquetos (gusano tubícola rojo). Es importante zona marina, de alto valor ecológico, es visitada frecuentemente por delfines, calderones y tortugas, lo que ha llevado a la citada organización ecologista a pedir su protección. Impulsar su protección Según ha afirmado Ricardo Aguilar, director de Oceana para Europa, «se han podido comprobar comportamientos curiosos, como una langosta desenterrando y consumiendo un erizo, o un cangrejo ermitaño devorando una medusa luminosa, la especie que este año ha provocado mayor número de atenciones sanitarias en las playas españolas. O que las llamadas gorgonias rojas son aquí, en su mayoría, completamente amarillas». La Expedición 2006 ha centrado buena parte de su trabajo en filmar las profundidades de esta zona de nuestro litoral para impulsar su protección ya que, según afirman, hay pocos lugares de nuestras aguas en las que exista esta importante biodiversidad. Ante la abundancia de delfines, la Sociedad Española de Cetáceos lleva señalando desde hace años la importancia de esta zona y solicitando su inclusión en la lista de Lugares de Interés Comunitario por su carácter de hábitat de especial interés para el delfín mular. La constatación de que en sus fondos existe una rica fauna, incrementa aún más su potencial como futura zona protegida. Por desgracia, los fondos de este paraíso marino también albergan basuras, marcas de arrastre de fondo que han dañado algunos lugares y muchos artes de pesca perdidos, que según una estima de Ocena llega a ser de uno cada 50 metros. Oceana pondrá a disposición de la comunidad científica las más de 12 horas de filmación marina de estos fondos para que sean analizadas detalladamente.