Diario de León

El Palacio del Conde Luna abre «Raíces» con vocación de ser el Museo del Reino

La exposición, dentro del 1.100 Aniversario del Reino de León, podrá verse en cinco sedes hasta diciembre

El alcalde, el abad de San Isidoro, el comisario del 1.100 Aniversario y la consejera de Cultura.

El alcalde, el abad de San Isidoro, el comisario del 1.100 Aniversario y la consejera de Cultura.

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V. Viñas / E. Gancedo | león
León

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Doce kilos de cota de mallas y 30 de armamento. Es el perfecto atuendo de un caballero medieval, montura incluida, al alcance de cualquiera. Está expuesto en el patio del Palacio del Conde Luna y a disposición de quien se atreva a usarlo. También es posible mezclarse con la realeza y sentarse junto a Ramiro II y su esposa Urraca Sánchez, con el embajador de Abderramán III arrodillado y tendiendo una ofrenda. Personajes de látex en un decorado de película medieval. Además hay guiñoles con princesas y caballeros, un círculo de arena sobre el que se proyectan los conflictos bélicos de una época convulsa en la que las fronteras del reino eran cambiantes, y una recreación de las primeras Cortes democráticas del mundo, con gradas contrapuestas, en las que el público puede sentarse como lo hicieron, por primera vez en el año 1188, representantes de todos los estamentos sociales. Aquella reunión está considerada, hoy, como el germen del parlamentarismo moderno, y tuvo lugar, hace más de 800 años, en un reino llamado León.

Un viaje en el tiempo. La exposición Raíces. El legado de un Reino aborda 300 años de la historia de León que se pueden recorrer en dos días, teniendo en cuenta que el Palacio del Conde Luna es el punto de partida de un itinerario que discurre por la iglesia de Palat del Rey, la Catedral, San Isidoro y el Museo de León. La consejera de Cultura de la Junta, María José Salgueiro, y el alcalde de la ciudad, Francisco Fernández, que inauguraron ayer la muestra, estuvieron de acuerdo en destacar que es sólo el principio. Las mejores piezas del montaje permanecerán cuando termine la exposición en diciembre. Serán el «embrión» para crear el Museo del Reino de León, con sede en este palacio del siglo XIV, en el mismo solar donde en una época estuvo la corte de los monarcas leoneses.

Se puede tocar. No es una exposición «al uso». Como dato: sólo dos de los objetos que se exhiben son originales -"los escarpines de Teresa Petri, fundadora del Monasterio de Gradefes; y la lápida con epitafio de Sisebuto, del año 931, procedente del colegio de las Teresianas-". Todas las demás piezas son copias. Réplicas exactas, como la del cáliz de Doña Urraca o la del crucifijo de marfil de Fernando I y Sancha, que se pueden coger.

Tal y como explicó el comisario e «ideólogo» de la exposición, José Manuel Rodríguez Montañés, ésta es una exposición de «sensaciones». Atmósferas para viajar en el tiempo y que se presienten, sobre todo, en el interior de Palat del Rey, donde han recreado una iglesia mozárabe con apenas tres elementos: una reproducción del altar de San Miguel de Escaldada, el crucifijo de marfil de Carrizo y el cáliz de Doña Urraca.

Todo se puede tocar, incluidas las paredes del Palacio del Conde Luna, en una de cuyas salas tres artistas leoneses (María Odil, Óscar Rubio y Graciela Fernández) y el escultor asturiano Juan Villa han creado un mural en el que es posible leer la genealogía de la monarquía leonesa, ver los mapas de la época -"alguno al revés, desde la perspectiva de los musulmanes-" y palpar los cuerpos de los caudillos árabes Abderramán III y Almanzor realizados en escayola y que parecen «brotar» de los muros.

La Catedral se blinda. La exposición Raíces ha permitido, por fin, dar un uso al torreón del templo gótico, restaurado hace una década por la Junta y vacío desde entonces. Este espacio, encajado en un cubo de la muralla y que en su día fue archivo, alberga ahora once de los códices más valiosos de la Catedral, de una colección de 1.800 manuscritos. En el torreón se han instalado unas vitrinas blindadas antirrobo que garantizan además las mejores condiciones de conservación para unos legajos de un valor excepcional, como el Libro de las estampas , el antifonario o la Biblia mozárabe del siglo X, junto a la Nodicia de Kesos (probablemente el primer texto romance).

Igualmente, Raíces ha sido providencial para San Isidoro. El Museo de la Colegiata podrá exhibir en la cámara de Doña Sancha la réplica del crucifijo de Fernando I, «expoliado» por el Museo Arqueológico Nacional y cuya devolución reclamó recientemente la consejera de Cultura; de momento, sin respuesta alguna.

El itinerario. En el Palacio del Conde Luna, convertido ahora en todo un muestrario de la historia medieval leonesa, el itinerario queda establecido de esta manera: lo primero con lo que se topa el visitante es con un audiovisual que lo pone en contacto con los orígenes del Reino de León y con su extensión territorial por medio de mapas, imágenes e infografías. A continuación, en la sala del caballero, cualquiera puede hacerse fotos ataviado de rey y reina y probar cuánto pesaban las armas de los guerreros leoneses.

Subiendo las escaleras se accede a la sala principal del palacio, donde está dispuesta la trayectoria cronológica completa del reino leonés, a la que siguen los árboles genealógicos de sus monarcas, la escena de la embajada del año 941, los sucesos de batallas decisivas como la de Simancas y una revisión del trono en el que se sentaba el emperador. Ya en el torreón del palacio, la recreación de las primeras Cortes de 1188 y un audiovisual con retazos del documental codirigido por Aparicio completan la primera exposición monográfica organizada hasta la fecha sobre el Reino de León.

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