Casi 10.000 vehículos se atascan a diario en cuatro pasos a nivel de Villaquilambre

Las soluciones para la brecha que provoca el tren en el área metropolitana leonesa no solo atragantan a San Andrés del Rabanedo, sino que entorpecen el tránsito de 10.000 vehículos a diario en cuatro pasos a nivel de Villaquilambre. Sobre la mesa siguen los ambiciosos proyectos para eliminar los cruces de Jesuitas, Huergas, La Cerrada y El Ejido, valorados en 2,4 millones de euros, y a pesar del anuncio realizado en marzo de 2019 de que su construcción sería inminente con un paso subterráneo, tres rotondas y dos nuevos viales para dar fluidez y seguridad al tránsito para superar las vías.

La necesidad de dar carpetazo a esas actuaciones para que la circulación rodada respire en un municipio con alta densidad de tráfico ha llevado al equipo de gobierno de Villaquilambre a volver a exigir al Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) que ponga en marcha las obras. Le recuerdan que la propia delegada del Gobierno en la Comunidad, Virginia Barcones, empeñó su palabra de borrar esa herida histórica hace casi cuatro años presentando los proyectos in situ , pero con escaso eco.

Los técnicos de Adif reconocieron a comienzos de este año que las actuaciones de Villaquilambre «se están demorando enormemente», a la espera de la exención ambiental por parte del órgano competente, que en este caso es el propio Adif. Y ahí continúa la pelota, sin que los Presupuestos Generales del Estado permitan vislumbrar alguna alegría para la brecha del tren.

El viejo plan de eliminación de puntos negros en Villaquilambre parecía que revivía con esa promesas, pero aún no se ha levantado. La idea es cerrar el paso de Jesuitas, que conecta la avenida de la Universidad y la calle Los Cucos, con una intensidad media de casi 7.000 vehículos, y desviar con un nuevo vial el tráfico hasta Las Huergas, donde se habilitará un paso inferior en la calle El Retiro, al que también se derivaría el tráfico de La Cerrada. El plazo de licitación de las obras era de 9 meses desde la puesta a disposición de los terrenos.

Los pasos de Jesuitas y La Cerrada están ahora protegidos con semi-barreras, señalización lumínica y acústica, mientras Las Huergas dispone de señalización fija y luminosa y escasa afluencia de circulación rodada. Las glorietas se situarían en la intersección de la calle El Cuco, cerca del paso bajo la N-621 (ronda Este a la entrada de Nava) y las otras dos para dar solución al paso inferior de la calle El Retiro y para conectarla con la avenida de La Libertad de Navatejera. Además, Villaquilambre sigue pendiente de una mejora concedida también por el Administrador para habilitar un paso superior peatonal en El Cuco.

En el caso de El Ejido, se cerrará y los vehículos se derivarán por el paso a nivel con barreras de El Molino, que se conectará con un nuevo vial paralelo a la vía que desembocará en la travesía del Caminón. La licitación se efectuaría en seis meses desde que las expropiaciones estuvieran aprobadas.

Barrera física

La intención era «no sólo evitan el peligro de los pasos a nivel, sino además eliminar de una vez por todas la gran barrera física que supone una vía de tren y reforzar la apertura urbanística que tendría el pueblo de Navatejera hacia la carretera de la Cerrada y Villaobispo». El alcalde de Villaquilambre, Manuel García, califica de «deslealtad» hacia el municipio lo que a su juicio ha hecho el PSOE con el anuncio de estas obras, «con unas calicatas antes de las anteriores elecciones y pocos avances más desde entonces», indica.

También señala «la importancia de solucionar los pasos a nivel, que es fundamentales, ya que permitirían salvar la vía del tren con seguridad y dar un acceso directo al Instituto y al Centro de Salud, y así lo tenemos previsto en el proyecto de urbanización de la zona».