Cleopatra se muda a León

La reina del Nilo ha trasladado sus reales a la capital leonesa. Máscaras, esculturas y representaciones de todo tipo relacionadas con la más famosa monarca de Egipto se han acomodado en la sala principal del Museo Bíblico y Oriental en preparación de la que será una de las exposiciones del año en la ciudad, y que llevará por título Cleopatra, la griega y la egipcia.

Aún se desconoce la fecha exacta de apertura pero la relativa demora de la misma está más que justificada. En primer lugar porque trece de las piezas que también formarán parte de la misma se encuentran integrando la amplia muestra Cleopatra y la fascinación de Egipto, que hasta el próximo 8 de mayo puede verse en uno de los principales centros de exposiciones de Madrid, el Arte Canal del Paseo de la Castellana (antiguo Canal de Isabel II) y en la que conviven gran cantidad de restos originales, réplicas, paneles informativos y variados recursos audiovisuales.

La persona que ha cedido esos trece objetos, Francisco Antonovich —uno de los grandes mecenas del Museo e Instituto Bíblico y Oriental de León—, también es la propietaria del resto de piezas de la exposición leonesa. El hecho de que habitualmente resida en París, lo delicado del transporte de estas joyas históricas y su interés por preparar, con el máximo rigor, un extraordinario libro-catálogo de casi 600 páginas, influye en la obligada calma con la que avanza Cleopatra, la griega y la egipcia. Un sosiego necesario para una exhibición que, en vez de la vistosidad de la mediática iniciativa madrileña, se basará más en el rigor histórico y en el didactismo.

Es la lección que se extrae del paseo por la exposición en su situación actual, con los objetos ya instalados en sus vitrinas y al que ha tenido acceso este periódico. La sala revela así representaciones de época griega, romana y ptolemaica, máscaras de sarcófago, esculturas de personajes cercanos en el tiempo como Bruto o Julio César, figuras relacionadas con este auténtico mito de la historia universal —como sinónimo de lujo y seducción, algo que llega incluso hasta los tiempos de María Antonieta— y singulares paralelismos con iconos cinematográficos contemporáneos como Marilyn Monroe.

«La muestra combinará las piezas sobre Cleopatra que acaban de llegar con nuestros amplios fondos relacionados con el emperador Alejandro Magno —informaban en su día fuentes del Instituto Bíblico y Oriental—; no olvidemos que ambas figuras históricas están relacionadas: Cleopatra fue la última reina ptolemaica, dinastía que fundó Ptolomeo Sóter, uno de los grandes generales de Alejandro Magno».

Pero la exhibición, organizada por el IBO con el respaldo de la empresa Eulen y en la que la mayoría de sus 200 piezas son originales, depara muchas otras sorpresas a sus futuros visitantes. «A grandes rasgos, lo que esta iniciativa se propone es desvelar las múltiples facetas de la iconografía de la gran Cleopatra veinte siglos después de su des aparición, y rehabilitarla desde su nacimiento hasta después de su trágica muerte, intentando no sólo abarcar los cuarenta años de su vida sino también de acercarnos a la historia de sus antepasados, desde el primer Ptolomeo, compañero de armas de Alejandro Magno, hasta el último, Ptolomeo Filadelfo, su nieto, rey de Mauritania y Numidia», prosiguieron fuentes de esta entidad leonesa que ya cuenta con delegaciones en ciudades como Valladolid, Pamplona, Santiago de Compostela o Madrid.