Diario de León

BALONCESTO. FINAL DE LA NBA

Barea, el leonés del anillo

El base de Dallas se erige junto a Nowitzki en el artífice del primer título de campeón para la franquicia tejana tras doblegar a Miami

Barea, segundo por la izquierda con una bandera, celebra en el Airlines Center el título de campeón

Barea, segundo por la izquierda con una bandera, celebra en el Airlines Center el título de campeón

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«Puedes ser muy bueno en esto del baloncesto pero si no ganas un anillo de la NBA no pasarás a la historia». Esta frase es dogma en la mejor liga del mundo. Y también una losa que ha perseguido a genios como Charles Barkley, Karl Malone o John Stockton. No va a ser el caso del leonés José Juan Barea, un base alejado de los cánones actuales de la NBA que priman el músculo y la altura en detrimento de los bajitos y que en la madrugada del lunes levantaba la copa de campeón junto a sus compañeros de Dallas. JJ entra así por la puerta grande en la nómina de elegidos, la misma que cruzaba otro español Pau Gasol al que precisamente se medía en la final de Conferencia y al que apeaba de una gran final en la que los Mavs han sido capaces de acabar con el transatlántico de Miami liderado por Lebron James, Wade y Bosh, un equipo con demasiados egos al que Dallas ha sido capaz de domar. El 4-2 en la serie definitoria lo dice todo. Y también el 95-105 con el que los Ma vericks certificaban, cinco años después de su noche más amarga frente al mismo rival, un título, el primero de su historia y también de JJ, un leonés que ya reina en la mejor liga del mundo.

Precisamente su tierra, la de sus ancestros, también festeja este éxito. Atrás queda más de un siglo desde que su bisabuelo Juan Fernández decidiera hacer las maletas para buscar un futuro mejor. Pero Barea no se ha olvidado de ello. Todo lo contrario, la sangre leonesa que lleva dentro ha imprimido en él un espíritu que le ha permitido superar sus limitaciones y las trabas que para un hispano representa a veces hacerse un hueco en la élite, para coronarse como uno de los protagonistas de una nueva página gloriosa.

Y todo tras una excelsa temporada que ponía su punto y final en la madrugada de ayer lunes con la coronación de Dallas Mavericks, el único equipo que apostó por el «Lascoiti» de Mayagüez en aquel año 2006, pocos meses después de que los Mavs sufrieran la decepción más grande de su historia, la derrota frente a Miami en una final que se dejaron remontar víctimas de su relajación. Los tejanos han tardado nada menos que cinco años en vengarse. Esta vez no se han dejado sorprender a pesar de llegar a la cita en el Miami Airlines Center con ventaja. De aquel equipo apenas quedan Nowitzki y Kidd, dos de los «capos» de Dallas que han acogido a Barea como uno más. El leonés se ha erigido en el mejor escudero de Dirk, un sexto hombre con galones de titular que con apenas 180 centímetros ha hecho añicos a un Miami Heat, el Big Three, incapaz de jugar como equipo debido al egoismo de sus estrellas Lebron, Wade y Bosh. Frente a ellos un plantel conjuntado en el que el JJ Barea está llamado a ser uno de sus pilares. José Juan ya ha demostrado que el relevo para Kidd está bien cubierto. El director de juego leonés acaba contrato el 30 de junio. Eso es lo de menos. Dallas no piensa desprenderse de este «genial bajito» que el 26 de este mes cumplirá 27 años.

Nowitzki ya lo ha dejado claro. «Barea es intocable». Y el alemán, el MVP de la final, es el que manda en el vestuario. Sabe que junto a JJ, Terry, Chandler y Marion conforman un quinteto capaz de mantenerse en lo más alto. Porque ninguno quiere que este primer anillo se quede ahí. Y menos un Barea que puede unir a este el que le reporte antes de que acabe el año su boda con su novia Zuleyka Rivera, Miss Universo 2006.

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