Expertos en aeronáutica apuntan a un fallo técnico o a un «factor externo»
Un piloto que frecuenta la ruta no se explica lo ocurrido y muestra su extrañeza.
Miembros de la Gendarmería en el lugar en el que se ha montado el centro de operaciones.
Todo son incógnitas sobre las causas que han provocado el trágico accidente de los Alpes franceses. Hasta que se analicen las cajas negras y la investigación dé sus frutos, ningún experto en aeronáutica se atreve a asegurar qué pudo suceder para que el Airbus A320 de la compañía Germanwings se precipitase desde una altura de 38.000 pies (11,5 kilómetros) cuando volaba en la fase de crucero, la más plácida de cualquier desplazamiento aéreo, en medio de unas óptimas condiciones meteorológicas. Algo «extremadamente grave» tuvo que ocurrir a bordo, ya fuese un problema técnico o un «elemento externo» para que, de repente, el avión cayera bruscamente antes de desaparecer de los radares y estrellarse. «Me parece increíble, no sé cómo se puede caer un A320 hoy en día
Es que no me lo explico, es todo muy extraño». Visiblemente afectado, el piloto vizcaíno Ortzi Ardeo no encontraba respuesta a los numerosos interrogantes que rondaban su cabeza desde que se enteró del trágico siniestro. «Es algo que me toca muy de cerca y que conozco muy bien»
Durante los últimos siete años, Ardeo, primer oficial de la aerolínea portuguesa TAP, ha ejercido labores de copiloto en un avión idéntico al que ayer se estrelló en Francia y ha sobrevolado en «innumerables ocasiones» la misma ruta sobre la cordillera francesa en sus desplazamientos entre Lisboa y distintos aeropuertos europeos. Desde hace seis meses ha sustituido el A320 por su «hermano mayor», el A330, diseñado para desplazamientos transatlánticos
¿Qué pudo haber pasado para que la aeronave se estrellase con 150 pasajeros a bordo? «No tengo ni idea, eso lo dirá la investigación, yo solo puedo hablar de lo que sé, de cómo funciona este avión», matiza Ardeo. No duda en definir el tipo de avión siniestrado como «una auténtica máquina, superfiable y muy bien diseñado», con sistemas por «duplicado e incluso triplicado» que ejercen de eficaces redes de seguridad capaces de paliar cualquier fallo, ya sea mecánico o humano. En su opinión, cuando un avión hace un «descenso tan pronunciado», la causa puede estar en una «despresurización rápida» motivada, por ejemplo, por «un agujero en el fuselaje».
Otra circunstancia que pudiera explicar el súbito descenso es un fuego en la cabina, «Lo que está claro -concluye Ardeo- es que no habrá sido solo una causa, sino una concatenación de problemas o fallos que tarde o temprano acabaremos sabiendo».
