Un cuarto de siglo de sueños a ras de cielo

miguel ángel zamora | león

«León es cuna de la aviación en España y tiene el honor de contar con una de las cuatro primeras bases aéreas del país». Lo recuerda con orgullo el coronel jefe de la Academia Básica del Aire, José Antonio Gutiérrez Sevilla, y lo recalcan los libros de historia del Ejército del Aire, que sitúan en Getafe (Madrid), Tablada (Sevilla) y Zaragoza y en La Virgen del Camino los cuatro puntos cardinales de la aviación nacional, por mor de un Real Decreto de 1920 y que gracias a otro similar firmado en 1992, permitió a la capital ser sede de la institución que forma a los suboficiales de la aeronáutica del país.

El broche de oro al primer cuarto de siglo de la ABA será la imposición de la Medalla de Oro de las Cortes de Castilla y León, que tendrá lugar este martes. «Es el símbolo de la cercanía entre la academia y los ciudadanos», explica el coronel. «Es una clara representación de la historia que también en los tiempos modernos ha correspondido a León y que en este caso, además beneficia a la autonomía un plus. Su historia ligada a la aviación desde principios del siglo XX ha dado pie a tener en León la base de la aviación civil de nuestro país y que ahí se hayan formado muchos de los oficiales y militares dedicados al Aire durante mucho tiempo. Debemos de sentirnos muy orgullosos y la institución que representa a todos los castellanos y a todos los leoneses tenía que reconocerlo de esta forma», explica la presidenta de las Cortes de Castilla y León, Silvia Clemente.

La academia se ubica en el Aeródromo Militar de León, creado por Real Decreto de 18 de Marzo de 1920. Según refleja el Ejército del Aire en su apartado dedicado a la historia de la base, el primer aterrizaje se produjo el día 25 de enero de 1923 y su inauguración tuvo lugar el día 27 de abril de 1929. En sus inicios, el aeródromo estuvo dedicado a misiones operativas. Su época de esplendor fue entre 1937 a 1939, cuando pasó a denominarse Maestranza Aérea y llegó a contar con una plantilla de 1.800 obreros. Es precisamente en 1939 cuando se crea la Escuela de Aprendices, en la que podían ingresar los jóvenes de entre 16 y 18 años, que eran instruidos durante dos años en materias técnicas, científicas y militares.

En ese mismo año, en el que nace el Ejército del Aire como tal, se crea la Academia de Aviación para Oficiales, la cual permaneció durante una década en León, antes de trasladarse a San Javier, su actual ubicación. Posteriormente, el 15 de septiembre de 1950 se traslada a León procedente de Málaga la Escuela de Especialistas del Aire. Tras 42 años de andadura y después de haber formado 18.000 especialistas, principalmente de Mantenimiento de Aeronaves y Armeros Artificieros, la Escuela de Especialistas cede el testigo a la Academia Básica del Aire en 1992.

«La Academia Básica del Aire», explica el coronel Gutiérrez Sevilla «es un centro docente único. Es heredera de la Escuela de Especialistas que se instituyó en 1950 y ha ido evolucionando al ritmo de la sociedad española. Quizá lo más significativo es que se ha integrado en el sistema educativo general. Además de su formación específicamente militar, se imparten en este centro titulaciones de técnico superior, que son las homologadas por el Ministerio de Educación. Vamos avanzando al mismo ritmo que la sociedad y en lo que corresponde a medios, nos vamos adaptando a las nuevas tecnologías. Hay cosas que se pueden mejorar, pero tenemos una buena base de herramientas y de métodos de enseñanza».

Desde su creación, se han graduado un total de 4.138 Suboficiales, de los cuales 334 son mujeres, todos repartidos en 24 promociones, siempre según datos del Ministerio de Defensa. Tanto el León como la leyenda «Paso Honroso» son dos elementos característicos de la provincia. Este lema, protagonizado por Don Suero de Quiñones, data del año 1434 y tuvo como escenario el puente sobre el río ubicado en la villa de Hospital de Órbigo. Don Suero, con la aquiescencia del Rey, retaba a todo aquel caballero que pretendiera cruzar el puente a que asintiera en reconocer su honor de caballero o a que se midiera con él en combate. La gesta simboliza hoy en día valores que se desean transmitir a los Caballeros y Damas Alumnos durante su paso por la Academia: honor, valor, espíritu de sacrificio, lealtad, gallardía, renuncia, generosidad, nobleza y entrega.

En los veinticinco años transcurridos desde la creación de la Academia Básica del Aire, se han ido aplicando sucesivamente una serie de Planes de estudios consecuencia de la constante adecuación a lo establecido en diferentes cuerpos normativos, en especial de dos importantes Leyes: la 17/99 de Régimen del Personal de las Fuerzas Armadas y 39/07, de la Carrera Militar.

El grueso de la enseñanza que se les ofrece a los futuros suboficiales va destinada a cerca de 700 alumnos. «Por periodos más cortos viene personal de tropa profesional y también integrantes del Cuerpo de Músicas Militares. También impartimos un curso de perfeccionamiento de Sargentos Primeros para promocionarlos al empleo de Brigada. Estamos hablando de alrededor de 1.000 alumnos», explica Gutiérrez. Y hay posibilidades de ampliación porque a lo largo de este curso se pueden producir novedades en la academia: «Hay posibilidades de ofrecer dos nuevos títulos de Técnico Superior, que en las especialidades militares a las que atañe, nos permitiría pasar de tres a seis. Tenemos algo de margen pero ya no mucho más, porque estamos al límite de capacidad de la propia academia», advierte el coronel jefe.

Convertida en una institución al estilo de la Escuela de Policía Nacional de Ávila o la Academia de Artillería de Segovia y la Academia de Caballería de Valladolid «el hecho de cumplir 25 años es la culminación de una historia mucho más larga que data de las primeras actuaciones en materia de aviación. Es el culmen de un proceso muy largo que la sitúa en el primer orden de representación», subraya la presidenta de las Cortes, Silvia Clemente.

Los caballeros y damas alumnos de primer y segundo curso, junto con los sargentos alumnos de tercer curso, componen un total de 668 militares con una edad media de 27 años y entre los cuales un 13% son mujeres. Pero la Academia Básica del Aire, como centro docente militar, además de la enseñanza de formación de todos los futuros suboficiales del Ejército del Aire, es centro de formación y perfeccionamiento de alumnos de Tropa y Marinería y centro de perfeccionamiento para suboficiales en su fase de ascenso al empleo de brigada. Además, la Academia Básica del Aire contribuye a la formación de alumnos suboficiales y de Tropa y Marinería de Cuerpos Comunes, en concreto de la especialidad de música. Esta enorme variedad docente, impartida tanto en la modalidad de presente como a distancia, aporta cerca de un millar de alumnos de media por curso escolar, con casi una decena de planes de estudio diferentes que aplicar.

El estado de salud de la institución como tal es «excelente. Tiene ya muchos años en materia de infraestructura, pero se van introduciendo novedades para que esté al día. Hay mucho encanto en esta casa», recalca con aires de nostalgia el coronel Gutiérrez. «Desde que tomé el mando el 13 de julio de este año, hace apenas cuatro meses, todo han sido sorpresas y todas han sido agradables, desde el personal de la academia hasta la relaciones con las instituciones. Ya venía prevenido de lo que me iba a encontrar y todas las referencias, que eran positivas, se han cumplido».

La misión de la Academia es formar a los alumnos en los principios constitucionales y en las características de las Fuerzas Armadas, así como su capacitación profesional para el cumplimiento de la misión del Ejército del Aire. Para cumplir sus cometidos, cuenta con una Jefatura de Estudios, de cual dependen cinco Departamentos, uno de los cuales, denominado Núcleo de Formación Profesional, cuenta con un equipo de profesores civiles de la Junta de Castilla y León. Además, también existen los grupos y organismos necesarios para el funcionamiento del Aeródromo, el apoyo del personal y el sostenimiento del material.