San Pedro receta ajo y agua
Las tradicionales sopas, ligadas a las diferentes fiestas de León de manera histórica, congregaron en la Plaza Mayor a leoneses y visitantes para rematar la jornada, ya en los últimos días festivos
En León, no hay fiestas sin sopas de ajo. La receta se repite desde tiempo inmemorial por los pueblos de la provincia con un éxito de crítica y público que prescinde de gustos y paladares para abrazar el valor de la tradición. El gesto de la cuchara, que se acerca a la boca para entregar el bocado que bulle en el cuenco, firma una de las imágenes icónicas a la que no se sustraen las sucesivas generaciones, sin distinción de edades, ni de clases sociales, como demostraron los reyes eméritos, Juan Carlos y Sofía, entonces soberanos casi en el estreno de su mandato, cuando en 1978 probaron de la cazuela repartida a rancho por la festividad de San Froilán en la Plaza Mayor.
Con San Pedro esta vez como conmemoración, pero en el mismo espacio emblemático del casco histórico, leoneses y visitantes se entregaron al filo de la medianoche a la costumbre de ligar la música, el baile y las ganas de fiesta con una receta que nunca deja regusto a fastidio. Aquí, ajo y agua abre la puerta a degustar un manjar que sustentó la dieta durante años en el pueblo de León.