Las dos nuevas calles de Feve reordenarán el tráfico de la zona desde primeros de año

Más de 10 años después de que se dibujaran sobre el plano, las nuevas calles que estructuran el sector urbanístico de la estación de Feve en León se asoman al terreno. El trazo del bordillo de las aceras y el desmonte de los terrenos permiten que ya no haya que figurarse por dónde discurrirán los viales , sino que se pueda observar de manera directa. Una comunicará desde la puerta de la terminal, en Padre Isla, hasta embocar en Ramón y Cajal tras derribar el muro que protegía antes la antigua casa de los guardas. La otra prolongará Bilbao desde Álvaro López Núñez hasta salir a Padre Isla por el hueco que queda entre el edificio de Espacio Vías y los andenes ferroviarios. Pero, como parte del mapa urbano, las dos reorganizarán por completo la circulación del tráfico en este área de la ciudad marcada por la alta densidad de vehículos.

La incidencia no se restringirá tan sólo a las dos nuevas calles que surjan con la urbanización de los más de 10.000 metros cuadrados del suelo de la terminal de vía estrecha . Su entrada en juego hará que se cambien otras aledañas para buscar un mejor funcionamiento de la circulación del tráfico. Este objetivo marca la decisión de variar el sentido de circulación de Renueva.

Los vehículos, en lugar de transitar desde Padre Isla hasta Ramón y Cajal, como sucede hasta ahora, lo harán a la inversa. La medida dará una salida directa desde la calle Abadía para el tráfico del casco histórico sin tener que llegar hasta La Torre. Para completar el diseño, la apertura del nuevo vial, que queda paralelo por el interior del sector, discurrirá al contrario: desde Padre Isla hasta Ramón y Cajal.

En la linde contraria del sector, la prolongación de Bilbao también aportará un cambio significativo al tráfico que utiliza la zona como entrada desde la zona norte de la ciudad. La calle se abrirá con sentido de circulación desde Álvaro López Núñez hasta Padre Isla . El orden obligará a cambiar el funcionamiento que hay ahora entre La Vecilla y Pérez Crespo, pero posibilitará que se complete el movimiento circular de la gran manzana que ahora se definirá con la subida por Federico Echevarría, a la vez que aliviará de parte de carga que ahora tienen Ramón y Cajal con los vehículos que quieren ir desde el entorno de los Maristas San José hacia el centro urbano.

La apertura se emplaza para el primer trimestre del próximo año. La urbanización avanza a buen ritmo y la previsión de los responsables de la obra cuenta con tener listo para el mes de enero casi la totalidad de los trabajos que vienen definidos en el encargo del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias.

A partir de entonces podrá empezar a programarse el calendario de la inauguración, aunque antes tendrá que resolverse el problema del modificado del proyecto. La UTE adjudicataria, formada por Tecsa y Dragados, aceptó reanudar las labores antes del verano, después de casi un año paradas por el descubrimiento de restos arqueológicos que luego se consideraron irrelevantes y por la aparición de unidades de obra que no se habían tenido en cuenta por parte de Ineco, la empresas estatal redactora del plan.

Los cambios hacen que los 2.809.796,44 euros que se fijaron en la adjudicación se hayan quedado cortos y, aunque se contaba con un acuerdo verbal, no se ha dado curso oficial a la tramitación que sustentará el pago adicional. Sin este desembolso, todo podría retrasarse de nuevo en una iniciativa que se prometió en febrero de 2017, estuvo bloqueada por parte de Adif durante cinco años y se adjudicó en la primavera de 2022.

Los operarios han ejecutado ya el muro que sujetará la prolongación de Bilbao, donde se corrige el radio de la curva para alinearla con la salida hacia Padre Isla, paralela a las vías del tren. Este tramo, que hasta el momento funciona en fondo de saco , ya se ve con precisión. Bajo tierra se han metido ya las redes de abastecimiento y saneamiento. Ahora, se conectarán y se aprovechará para modernizar las existentes en el trecho inicial de la calle, como ya se ve pintado sobre el asfalto para delimitar la zanja que abrirán las máquinas en las próximas semanas.