La polémica selección del gerente del Ildefe en León se cierra con una trabajadora de la casa
El concejal de Hacienda y máximo responsable del Ildefe, Carmelo Alonso, y la nueva gerente, Natividad Rodríguez, en una imagen de un acto del instituto. RAMIRO
Más de dos años y medio después de que quedara vacante, el Instituto Leonés de Desarrollo Económico, Formación y Empleo ( Ildefe ) vuelve a tener gerente. Pese a las tres polémicas intentonas para cubrir el puesto, al final no ha tenido que ir muy lejos. La plaza la ocupará Natividad Rodríguez Sordo, técnico de la institución dependiente del Ayuntamiento de León desde hace más de 20 años, tras superar un proceso al que se presentaron 16 aspirantes, 13 de los cuales fueron fulminados de golpe por no cumplir las exigencias, y ponderar el tribunal la memoria presentada y la entrevista personal como capitales para su designación.
La nueva gerente, que ocupaba la dirección de administración hasta ahora, sucederá en el cargo a Graciliano Álvarez, que había dirigido el ente municipal desde la creación en el año 2001 hasta que se jubiló en 2021. Su salida derivó en un polémico relevo que la entonces concejala responsable, Susana Travesí , intentó resolver con el nombramiento a dedo de su compañero de despacho jurídico, Luis Javier Álvarez Nogal. Pero el intento de dedazo, con un sueldo de 55.602,26 euros anuales, quedó abortado por el movimiento de la oposición municipal, formada en el anterior mandato por PP, UPL y Cs. Sin su apoyo, el alcalde, José Antonio Diez, se vio obligado a dar marcha atrás a una decisión que había bendecido de manera previa. Como consecuencia, la crisis hizo que la edil socialista presentara la renuncia a sus cargos, aunque no entregó el acta y se quedó hasta final de mandato sin funciones de gobierno.
La salida de Travesí del Ildefe dio el mando del ente al concejal de Hacienda. Carmelo Alonso, que había sido uno de los concejales que se opuso al dedazo, se hizo con el poder en el instituto e intentó sacar de tapadillo una nueva convocatoria para cubrir el puesto con una promoción interna a la que sólo pudiera concurrir personal propio del ente. No llegó siquiera a aprobarse en el consejo de administración, tras unirse el resto de los partidos del arco municipal para exigir que se hiciera un concurso oposición no restringido.
El tercer intentó no esquivó tampoco la polémica. Las bases de la convocatoria fueron recurridas ante el juzgado por parte de la exconsejera de Empleo de la Junta y exconcejala del Ayuntamiento de León con Cs, Ana Carlota Amigo . La representante política, que por entonces ya había vuelto a su puesto como trabajadora del Ildefe, presentó ante el juzgado un recurso en el que incidía en que las restricciones impuestas para el cargo "parece que están hechas para algún candidato específico".
El recurso no prosperó. El juzgado descartó el argumento de «antijuricidad» de las bases debido a «los requisitos de titulación y de experiencia profesional» que invocaba Amigo, tras apuntar que se vulneraban "los principios de igualdad y mérito" al restringir que los aspirantes debían «estar en posesión de titulación universitaria de Grado o Licenciatura en Ciencias Económicas o Empresariales, Administración y Dirección de Empresas, o Derecho».
Esta limitación, que anulaba al resto, no se entendió como irregular por parte de los jueces. El respaldo jurídico validó que descartaran de plano a 14 de los 16 aspirantes, aunque uno de ellos logró entrar después de recurrir su exclusión. La purga dejó al final a tres aspirantes. Uno de ellos, director ibérico de una empresa telemárketing asentada en León, decidió al final no presentarse a la entrevista. Sí lo hizo la nueva gerente, que recibió una puntuación de 7,7 puntos por la memoria presentada y 4,20 por la entrevista, después de una última corrección que le rebajó dos puntos porque se había considerado sobre un total de 10 y el tope eran 6. Su rival, Noelia Rodríguez de Celis, presidenta de Asociación de Mujeres Empresarias y Directivas de León (Asele). se quedó en 2,27 en la memoria y sólo 0,33 en la entrevista, las dos valoraciones subjetivas, lo que la dejó por detrás pese a que su valoración de la experiencia sumaba 7 puntos por 1,35 de la trabajadora municipal.