Diario de León

La provincia fue la que menos creció en la Comunidad el año pasado, y sigue acumulando retrasos

León enfrenta su futuro con la pérdida de 26.000 jóvenes en los últimos diez años

Los leoneses afrontan la reivindicación del domingo en el furgón de cola de la convergencia con UE

Editorial: Una cita clave para que León aclare si quiere un buen futuro

La situación económica y laboral deja poco lugar a las ilusiones, y moviliza a los leoneses.

La situación económica y laboral deja poco lugar a las ilusiones, y moviliza a los leoneses.Ramiro

María Jesús Muñiz Prieto

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Quizá la pérdida de la aportación de los jóvenes leoneses sea uno de los aspectos más preocupantes del declive de la provincia y las dificultades que encuentra para recuperar el pulso del crecimiento. No es el único, pero hasta la Comisión Europea ha advertido de que no frenar esta sangría coloca a León al borde del precipicio de lo que denomina la ‘trampa del talento’. Una trampa especialmente difícil de esquivar en un territorio que sufre a fondo la contradicción de no encontrar trabajadores para cubrir buena parte de los empleos que demandan las empresas, mientras la tasa de actividad se enquista en los últimos puestos del país.

El empobrecimiento de buena parte de los trabajadores puede explicar (o volver más compleja) esta disyuntiva. La bolsa de hogares condenados a trabajar para subsistir en la precariedad crece, y la desigualdad salarial se acentúa sin freno desde la Gran Recesión. El trabajo por cuenta propia tampoco vive su mejor momento: León pierde autónomos sin freno, en un escenario productivo que se vuelca cada vez con más fuerza en la terciarización y los servicios, y con ello en la precariedad de buena parte de los empleos.

En el apartado «macro» las perspectivas no son halagüeñas. León se sitúa a la cola del crecimiento económico y suma año tras año un retraso cada vez más difícil de superar. La convergencia con la UE es, a pesar de las invesiones ya de décadas, un sueño que se pierde en el naufragio de las aspiraciones del olvidado noroeste del país.

Es el escenario en el que asienta su reivindicación la manifestación convocada para el próximo domingo en la capital leonesa, bajo el lema León, + soluciones – cuentos. El panorama que se pretende, una vez más, revertir desde la movilización de la sociedad leonesa.

León está entre los territorios que la Comisión Europea ha identificado con grave riesgo de sufrir una irreversible pérdida de talento. Los que registran un fuerte descenso de la población en edad de trabajar y un estancamiento en la que tiene educación superior, además de una marcha significativa de personas jóvenes. Eso implica un mercado laboral poco eficiente y un bajo rendimiento en innovación y desarrollo empresarial.

Los datos en este aspecto son contundentes en la provincia: en los últimos diez años ha perdido más de 26.000 jóvenes de entre 15 y 39 años, aquellos que más tienen que aportar a las empresas y el emprendimiento. Ahora apenas son 100.000, según el último dato de población publicado ayer mismo por el INE.

Una generación que cada vez lo tiene más difícil, no sólo en León, porque si no tener trabajo condena sin duda a la pobreza, no cualquier empleo garantiza la capacidad de salir de ella. En los últimos años ha crecido con fuerza el colecivo de trabajadores vulnerables, aquellos que a pesar de tener un empleo perciben ingresos que no les libran de una permanente situación de precariedad.

León tiene una bolsa estructural de familias que padecen de forma extrema esta desigualdad provocada por el mercado laboral: alrededor de 9.000 hogares que, en la media de los últimos años, no consiguen que ninguna de las personas que quiere trabajar consiga un empleo. Una situación paradógica, cuando la provincia registra, como el conjunto del país, aparentemente los mejores datos del paro en muchos años. Según la Encuesta de Población Activa (EPA) de finales de 2024 la tasa de paro en León es del 7,82%, por debajo de los años de bonanza de hace dos décadas (era de poco más del 9% en 2004) y muy por debajo de los años más duros de la crisis económica (en 2014 todavía estaba en el 22,65%).

Cierto que la tasa de actividad, el porcentaje de personas en disposición de trabajar entre la población en edad de hacerlo, está a la cola del país, es de un 48,2%. Aunque en León nunca ha sido muy elevada, un dato preocupante. En 2004 era incluso inferior, un 45%.

Lo evidente es que la población de más de 16 años en la provincia (que incluye también a los pensionistas) ha caído desde las 425.200 personas de hace dos décadas a las 396.300 actuales, es decir, 28.900 menos. La cifra de activos está en poco más de los que eran en 2004, aunque se ha desplomado en 21.100 sobre los de 2014. Ha caído tambien con fuerza el número de inactivos, en 26.000 en veinte años, aunque ha crecido en la última década.

Preocupante es, sin duda, la evolución del número de autónomos en la provincia. El trabajo por cuenta propia, que en teoría se acelera durante los tiempos de crisis al parecer el autoempleo una solución, deja un desplome que amenaza con desbancar a León del primer puesto que desde hace mucho tiempo ostenta en este tipo de emprendimiento en la Comunidad. En veinte años la provincia ha perdido más de 8.000 trabajadores por cuenta propia, en el balance entre los muchos que abren la trapa y los muchos más que la cierran. Es una cuarta parte de lo que hace no tanto fue este apartado del tejido productivo leonés, que cerró el año pasado con 34.766 afiliados en este régimen. Perdió 214 sólo en un año.

Menor crecimiento

La evolución de la actividad económica leonesa deja también motivos para la reflexión. A pesar del crecimiento, acumula año tras año un retraso sobre los datos de la Comunidad, y más sobre los del conjunto del país. León ahonda la distancia en desarrollo productivo. En 2023 fue, junto con Ávila, la provincia que menos creció en la autonomía, un 2,5% en pleno ‘milagro económico’ nacional. Según el informe de previsiones económicas de Unicaja, para el año que acaba de cerrar el crecimiento económico leonés será el más bajo de la Comunidad, un 1,9%, lejos del 2,8% del conjunto autonómico, y más del 3,3% de Valladolid o el 3,2% de Burgos.

Los más contratados, los que más rotación sufren

León sufre una falta de capital humano con la formación adecuada que también afecta al crecimiento de las empresas, según destaca el Servicio Público de Empleo (Sepe). Que señala que los trabajadores de restauración y vendedores son los únicos cuya contratación no ha dejado de crecer en la provincia. Trabajos «caracterizados por la estacionalidad, la temporalidad y la parcialidad en la jornada», pero que suponen una tasa de cerca del 40% de los contratos, 10 puntos por encima de la media nacional. Son el grupo que tiene una tasa de rotación más alta en el empleo. Aunque son los técnicos, profesioanles, científicos e intelectuales leoneses los que tienen una tasa más baja de estabilidad en sus puestos de trabajo.
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