Diario de León

CAMPO

Los remolacheros anuncian el cese del cultivo por las exigencias medioambietales

Los cultivadores consideran que la ayuda no compensa los gastos que exige

Un tractor arranca remolacha en el inicio de la campaña del año pasado

Un tractor arranca remolacha en el inicio de la campaña del año pasado

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A. DOMINGO | REDACCIÓN
León

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La escena se repite desde hace días. Los agricultores abandonan las oficinas de la sección agrícola comarcal (SAC) que les corresponde con el propósito de abandonar el cultivo de la remolacha tras conocer las prácticas en favor del medioambiente que deben cumplir para cobrar la ayuda del Programa de Desarrollo Rural (PDR) de Castilla y León.

Para los cultivadores admitidos en el PDR las condiciones son draconianas. Consideran que algunas suponen un mayor gasto que el subsidio establecido e incluso aseguran que es necesario un asesoramiento especializado para cumplir las estipulaciones, situación ante ña que ya han comenzado a renunciar a unas ayudas que pueden suponer hasta 450 euros por hectárea de cultivo —470 en zonas vulnerables a la contaminación por nitratos—, por lo que este año cobrarán por la cosecha lo estipulado en el Acuerdo Marco Interprofesional —entre 31,50 y 34 euros— y el pago asociado de la PAC —500 euros por hectárea—.

El secretario general de Ugal-UPA, Matías Llorente, confirmó ayer la postura de los remolacheros y señaló que, en lo referente a remolacha, el PDR «no se parece en nada a lo que nos dijeron en un principio y explicamos en las asambleas con el que se ha publicado luego», después de que la Comisión Europea diera el visto bueno en agosto al programa de Castilla y León. Para Llorente este cambio en los compromisos ambientales es «una tomadura de pelo, que puede tener consecuencias muy serias para este cultivo» en la Comunidad autónoma. Al menos, «estamos en plazo de alegaciones», señaló con cierta esperanza.

El líder de Ugal-UPA matizó que, tras solicitar la ayuda y comunicarse a los remolacheros su inclusión en un programa para el sector —considerado en el PDR como estratégico—, la Junta de Castilla y León ha solicitado a los agricultores «que pasen por la SAC a firmar el contrato para cinco años o bien que renuncien a la ayuda», trámite para el que disponen de treinta días.

En su visita a las oficinas de extensión agraria los agricultores «se encuentran que han quitado los 50 euros por la carga. Otros 100 corresponden al compromiso voluntario de sembrar leguminosas para su enterrado en verde antes de antes de la siembra de remolacha; pero cuesta más la preparación de la tierra, la semilla y el riego que lo que percibe el agricultor. Y los otros 350 euros están condicionados a mantener la misma superficie de oleaginosas y proteaginosas que de remolacha durante todo el periodo».

Además la rotación de cultivos obliga a no plantar remolacha en la misma superficie durante al menos tres años —uno más que lo habitual—, es preciso gestionar los fitosanitarios más allá de lo establecido en la norma, mejorando la eficacia del riego y calibrar la maquinaria y equipos de tratamiento del cultivo —para lo que se asistirá a dos jornadas ambientales— y realizar análisis de suelo para establecer un abonado que reduzca en al menos el 10% las unidades de fertilizante empleadas por tonelada de remolacha». También es preciso incorporar los restos de cosecha de remolacha al suelo en un plazo no superior a 30 días tras su arranque, como forma de capturar el CO2 atmosférico. Los compromisos obligan a disponer de asesoramiento técnico, aseguró Llorente, posible en cooperativas, pero muy lejos del alcance «de quienes van por libre».

El cupo de análisis

Si bien la Diputación de León dispone de un programa de análisis de tierras gratuito para los agricultores de la provincia, éste dispone de un cupo que se sobrepasaría con la obligatoriedad que se establece en el PDR para el sector de la remolacha, lo que obligaría a los agricultores a pagar a los laboratorios que ofrecen este servicio.

El clima de abandono se produce además en una situación en la que el sector precisa ganar en superficie y producción de azúcar con el fin de rentabilizar cultivos y fábricas para el final de las cuotas, fijado para el año 2017. Pese a incrementarse la superficie de cultivo en la campaña actual, León no respondió a las expectativas de incremento esperadas por sus buenas condiciones para el cultivo.

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