Diario de León

Los alcaldes del Órbigo se unen en una nueva ofensiva contra la construcción de las balsas

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León

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Los alcaldes más próximos al Órbigo, desde Riello a Villarejo, dejaron ayer sus colores políticos a un lado para unir sus voces contra un proyecto que amenaza con «aplastar» el futuro de toda una comarca. El proyecto para la construcción de los embalses de La Rial y Los Morales , en Carrizo y Villanueva, cuya redacción acaba de salir a licitación tras su inclusión en el recién aprobado Plan Hidrológico del Duero 2022-2025, volvió ayer a sacar a la calle a cerca de doscientos vecinos del municipio que, una vez más, escenificaron su oposición al proyecto con una protesta frente al Ayuntamiento de Carrizo respaldada por una docena de alcaldes de la comarca.

«Esto supone un paso muy importante para alzar todos nuestra voz, más alto si cabe, contra este proyecto, con nuestro no rotundo a los pantanos y nuestro sí a un Órbigo vivo y con futuro», asegura el alcalde de Carrizo, Alfonso Álvarez. El regidor reclama que se estudien «otras alternativas» para regular el sistema del Órbigo «más favorables para el conjunto de la provincia, como construir balsas allí donde se va a regar, y no estas que afectan y hacen daño a nuestro territorio».

Entre las afecciones que a juicio del alcalde supondría este proyecto para el municipio, Álvarez destaca el lúpulo, el cultivo estrella en el Órbigo, que «requiere de un ambiente muy poco húmedo, por el daño que le generan los hongos, algo que se verá incrementado si se construyen los pantanos a escasos metros de las plantas, lo que supondría su fin».

El alcalde recordó que al margen de las protestas ya iniciadas, también está en marcha la vía judicial para frenar el proyecto.

Por su parte, el presidente de la Plataforma de afectados por los pantanos La Rial y Los Morales, José Luis Fernández, «destacó el gravísimo perjuicio que este proyecto supondrá para la zona», ya que son de unas características «importantes». Fernández destacó que están catalogados de tipo A, lo que «significa que son los más peligrosos que existe», ya que la ley dice que «un mal funcionamiento de los mismo acarrearían tragedias».

«Ni Carrizo, ni Villanueva ni La Milla quieren tener estos pantanos que además son formaciones que acumulan en su dique toneladas de tierra, y con dimensiones de más de 40 metros de altura de tierra apisonada y que se desvían a lo largo de 700 y 500 metros lo que genera una inestabilidad que podría acarrear trágicas consecuencias», explicó el presidente, que insistió en que «no se debe permitir que salga adelante este proyecto en beneficio de unos pocos y el perjuicio se nos traslade a nosotros sin comerlo ni beberlo, algo inadmisible en democracia».

Tras la protesta, los representantes entraron en el salón de plenos del Ayuntamiento para consensuar un manifiesto de protesta contra este proyecto, que enviarán a las distintas instituciones y administraciones competentes.

Antes de empezar, el presidente de la plataforma puso sobre la mesa algunos datos que preocuparon a los distintos alcaldes, como que para cubrir la demanda de los regadíos en León hacen falta ahora mismo 110 hectómetros cúbicos de agua, y que con el proyecto de los embalses, «no balsas» —matizó —, solo se consiguen 57, por lo que «seguirán buscando en los valles aledaños para construir más balsas, e incluso resucitarán el fantasma del pantano de Omaña», denunció

En la reunión, los distintos alcaldes debatieron sus posturas y propusieron algunas propuestas como la de intensificar la vía judicial, tal y como considera el alcalde de Cimanes del Tejar, Genaro Martínez. «Desde la aprobación del Plan Hidrológico del Duero la tramitación va muy deprisa y los plazos corren, por lo que hay que intensificar la batalla judicial y también la movilización social», reclamó.

Por su parte, el alcalde de Turcia, José Luis Casares, manifestó el total rechazo a este proyecto que «afecta al futuro de más de 3.300 personas de la zona que viven aquí y que quieren seguir viviendo aquí, por lo que necesitamos más apoyo social».

Eva Fernández, primera teniente de alcalde de Rioseco de Tapia, también quiso manifestar todo el apoyo de su municipio para «frenar» este proyecto, porque «puede parecer que no nos afecta pero sí, nos afecta a todos».

El alcalde de Hospital de Órbigo, Enrique Busto, insistió en que «hay una cosa muy clara, y es que esta decisión es política pura y dura, y que están jugando con todos nosotros». Por eso puso de manifiesto que «como no salga hoy de aquí una postura firme no vamos a hacer nada, ya que son todo intereses políticos, y lo que tampoco hay que olvidar es que hay más regantes que vecinos».

Tomás Vaca, concejal del Ayuntamiento de Villarejo del Órbigo, explicó que su presencia se debe a que «hace 25 años pedimos vuestro apoyo contra el cierre de nuestra azucarera y lo tuvimos y hoy nos toca a nosotros», explicó. «Por desgracia la azucarera se cerró y la remolacha se perdió en el municipio. No queremos que os pase lo mismo con el lúpulo», añadió.

En su turno de palabra, Francisco Javier Álvarez, alcalde de Santa Marina de Rey, aseveró que «todos queremos agua pero no a cualquier precio, ya que este proyecto supone unos costes para bombear el agua que lo hace inviable económicamente para los agricultores, y yo creo que no les podemos dejar esa herencia, tienen que existir otras alternativas ».

Muy rotundo se mostró Manuel Yebra, alcalde de Las Omañas, que insistió en que «dejemos los colores políticos a un lado y nos centremos en los ciudadanos, ya que si nos enfrentamos entre nosotros no conseguiremos nada».

Manuel Melcón, alcalde de Valdesamario, mostró todo su apoyo a la causa, ya que su municipio «sabe bien lo que es sufrir la amenaza de un pantano, en nuestro caso el de Omaña, cuando nosotros ya contribuimos con Villameca». Por último, el alcalde de Llamas de la Ribera, Benito Sevilla, recordó que su municipio «siempre ha estado ahí apoyando a sus vecinos de Carrizo», y que seguirán ahí «para lo que haga falta».

 

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