Diario de León

Los trabajadores no estaban preparados para salvar a otros, sólo a sí mismos

Todos llevaban autorrescatadores por la categoría de la mina, pero «actuaron por humanidad»

El ingeniero David Toribio, a la derecha, ayer durante su declaración en el Juzgado Penal 2 de León. DL

El ingeniero David Toribio, a la derecha, ayer durante su declaración en el Juzgado Penal 2 de León. DL

León

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La vista oral con la toma de declaraciones a los acusados por el accidente del 28 de octubre de 2013 en el Pozo Emilio de la Hullera Vasco Leonesa se retomó ayer, con el testimonio de los ingenieros David Toribio Fernández y Javier Martínez Rico. Ambos insistieron en que los registros de metano en la planta 7ª del macizo 7º «no eran anormales para nada» en una planta de esa categoría; y coincidieron también en que todos los trabajadores de la mina estaban entrenados para utilizar los autorrescatadores, pero que éstos son equipos «para salvarse a uno mismo, no para rescatar a otros». De ahí que fuera arriesgado que los compañeros los utilizaran para intentar rescatar a las víctimas del accidente. «Pero fue una cuestión de humanidad, entrar para intentar sacarles».

Toribio señaló que su trabajo consistía entre otras cosas en controlar los libros de seguridad y ventilación, los de vigilantes y tiros. Y controlar los registros automatizados del ambiente de la mina. Trabajó en el taller accidentado «desde el primer día», y nunca vio «nada anormal, ni tengo por escrito ninguna comunicación que hablara de anomalía en esos días».

No supo explicar por qué en los libros de vigilantes faltan algunas firmas o hay varios turnos con las incidencias escritas «con un mismo tipo de letra». En toco caso considera que el día 25, último laborable antes del accidente, se registraron picos de porcentaje de metano en la explotación por las explosiones a la llave. «Es normal, eso incrementa el porcentaje de grisú. En todo caso, si supera el 2,5% tienen que salir, es el vigilante el que tiene que dar la orden». El día del siniestro las dos paradas del sistema eléctrico (y por tanto de la ventilación) por problemas con la maquinaria también contribuyeron a aumentar el nivel de gas, por lo que se determinó que abandonaran las tareas después de preparar el taller.

Rechazó también que se utilice como indicador del metano que había acumulado el que registraba el metanómetro del cuarto panzer, porque estaba «en el retorno de ventilación, recogía los valores de todas las actividades, no lo que había en el taller».

También explicó que el plan de emergencia sobre cómo salir ante un caso de invasión de grisú estaba recogido en el plan de labores; y que el autorrescatador»no es un método para ir a rescatar, sólo para abandonar la zona en caso de peligro. Los trabajadores no estaban entrenados para salvar a otros, sólo a sí mismos. Pero fue un acto humanitario.

En cuanto a la Brigada de Salvamento, reconoce que tenía una «buena dotación de medios, la empresa nunca escatimó en esto». Martínez Rico señaló que estos equipos se encontraban en el Grupo Fábrica, de la mina de Santa Lucía, no en el Pozo Emilio.

La viuda de uno de los mineros fallecidos, en los juzgados. RAMIRO

La viuda de uno de los mineros fallecidos, en los juzgados. RAMIRO

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