Diario de León

CANTO RODADO

barones con «v»

maribel almarza reivindicó a clara campoamor como un referente para la política. es hora de que las socialistas leonesas tomen su propio rumbo

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León

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Ni víctimas, ni pasivas. Mujeres combativas». El Día Internacional para la erradicación de la violencia hacia las mujeres, 25 de noviembre, sacó a la calle las voces contra la consecuencia más trágica de la desigualdad. Detrás de las pancartas están las mujeres de siempre. Las combativas que abrieron, en el León de los años 80, las primeras casas de acogida para atender a las mujeres maltratadas que tenían (y tienen) que huir de sus casas para no vivir muertas. O para no morir. Las que en los 90 levantaron la voz contra el violador del chándal, las agresiones sexuales y la prostitución. Las que en el siglo XXI no se rinden.

Las instituciones —la clase política— tienen ahora la obligación, por ley, de erradicar la violencia machista. Que es la violencia de género. Que es la violencia hacia las mujeres bajo la excusa de los celos, el falso romanticismo o la creencia de que en las relaciones entre hombres y mujeres hay un orden ‘natural’, casi biológico, de reparto de tareas, roles e incluso puestos de trabajo.

Cómplices en IAP

No es que hayan muerto 55 mujeres en 2011. Así, como si tal cosa. Caídas por la ventana. Desangradas mágicamente. Asfixiadas inopinadamente. Es que ha habido 55 hombres que han asesinado a 55 mujeres. Así de claro. Pero aún hay quien se resiste a hablar de terrorismo machista. Hay quien se esconde y elude dar la cara en día tan señalado. El grupo IAP de Ponferrada hizo mutis por el foro. Al protagonista del caso ‘Ismael’ —ex alcalde condenado por acoso sexual— y a sus concejalas y concejales hay que recordarles que el silencio es cómplice.

Las mujeres y los hombres —cada vez más— elevaron la voz en León en favor de Clara Campoamor. Para recordar que no se equivocó en su empeño de que las mujeres votaran con la República. Con libertad. A la derecha o a la izquierda. Sin condiciones. A Clara Campoamor la castigaron con el silencio y el olvido aquellos que, en el día de la histeria masculina, llegaron a decir aberraciones: «Pues que supriman a las mujeres», dijo un diputado radical de León en el acalorado debate. Otros como Alfredo Nistal, del Partido Socialista, no dudaron en apoyar a la sufragista aún a costa de no conseguir rebajar la edad del voto de los 23 a los 21 años. No siguieron a su jefe de filas, Prieto.

Elevar la voz

El valor moral y la coherencia de Clara Campoamor cobran especial significado en estos tiempos difíciles. Más difíciles aún para el PSOE, sin líder y sin cuotas de poder. Es tiempo de que las mujeres, y no sólo Carmen Chacón, eleven su propia voz. Y dejen de ser eco de los barones con «v» que malversan las grandes palabras para sus chicas venganzas —lo de Bono con el PSC—.

¿Seguirán las mujeres sus consignas bajo el disfraz de fidelidad al partido? En León, de las tres alcaldías más importantes que tiene el PSOE —Astorga, La Bañeza y Villablino— dos están gobernadas por mujeres. Es un hecho. Villafranca del Bierzo, Valderas, Murias de Paredes, Vega de Valcarce, Gradefes y Urdiales del Páramo tienen al mando a mujeres socialistas. Más hechos. Y las hay, sin mando, con mucha autoridad. Fuera y dentro del partido. Pero la única que ha levantado la voz para pedir a Óscar López que la gestora esté dirigida por gente de León es la alcaldesa de Gradefes, Ana Ferreras.

Es llamativo que la diputada Hermelinda Rodríguez sea la única que no ha firmado la denuncia del grupo socialista contra Isabel Carrasco por el uso del coche oficial de la Diputación para ir a los consejos de Caja España-Duero. ¿Es un gesto de rebeldía personal frente a Matías Llorente? ¿La aconseja Ana Luisa Durán? ¿O un barón con «v» de nombre Miguel Martínez?

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