Diario de León

teotiste santamarta

predicó en mar y montaña

su feligresía festejó ayer por todo lo alto el medio siglo de sacerdocio que lleva teotiste, cura que fue en la montaña del torío y en las playas canarias, donde ofició hasta delante del presidente de irlanda

secundino pérez

secundino pérez

Publicado por
emilio gAncedo
León

Creado:

Actualizado:

Su levítico nombre significa ‘engendrado de Dios’, y no pudieron haber bautizado mejor a este hombre piadoso y humilde para quien no hay mejor recompensa ni satisfacción que seguir pastoreando, a sus ya 76 años, las almas de los vecinos de Vegas del Condado, Cerezales, Barrio de Nuestra Señora, Ambasaguas y Devesa, y a quien ayer homenajearon como merece su feligresía y arciprestazgo con misa solemne, fiesta y baile, y hasta fue llevado en andas como feliz cantamisano.

«Estos pueblines son una bendición», suele decir.

Pero Teotiste lleva a las espaldas mucha prédica paciente en sitios bien dispares. Tuvo nacencia en los Oteros del Rey, Matadeón más concretamente, aunque al año marchó la familia para Puente Castro. ¿La razón? «Mi padre solía decir: ‘Tengo labranza para una pareja de mulas, nada más’. Un otoño se le mató una de las mulas así que ya no pudo continuar y nos fuimos a León», relata. Allí su progenitor trabajaba de lo que iba saliendo. «Por ejemplo, haciendo la calzada de lo que hoy es Fernández Ladreda, que entonces era la circunvalación, y donde se empleó mucha piedra del viejo cuartel del Cid cuando lo tiraron. Yo me acuerdo de ir a llevarle la comida, de aquella todo eran praos , La Lastra era un cenagal al que iban a parar el agua de todas las presas de León».

A Teotiste le entró la gana del sacerdocio cuando ayudaba como monaguillo en la Catedral, así que dejó el tema del Bachiller y la famosa reválida y entró en el Seminario. «Doce años de estudios, empezamos unos 115 y terminamos 19», rememora.

Su primer destino fue Vegacervera, sobre el año 62, con los pueblos de Coladilla, Valle y Villar. Todavía había mucha gente en los pueblos, y bien de ganado, pero ya empezaban a ir desfilando rumbo a capitales y a otros países en lo que luego se convertiría en una auténtica sangría poblacional. «Vegacervera tenía entonces luz eléctrica, pero Valle y Villar se surtían de una pequeña turbina que había en un molino de agua y se iba cada poco, normalmente cuando todo el pueblo estaba ordeñando», recuerda nuestro sacerdote, quien se declara en deuda con don Antonio del Valle, entonces presidente de la Diputación, quien llevó la línea hasta aquellas aldeas «y ayudó a hacer muchas otras obras.»

Una vez fallecidos sus padres, con Teotiste ya en los cuarenta y con muchas ganas de continuar su labor pastoral en otras latitudes, hizo saber al Obispado su disposición de cambio y, paradojas del destino, cuando se encontraba en Compostela, en la misa de peregrinos tras un viaje con alumnos del Colegio de Matallana, donde daba clases de religión, se le acercó un clérigo que resultó ser el obispo de Canarias y le preguntó si quería irse con él, ya que necesitaba un cura para la parroquia de Maspalomas, que estaba creciendo mucho. «¿Y a ti quién te manda, el Espíritu Santo?», respondió, alegre ante tanta casualidad, Teo . El caso es que todo se arregló y nuestro paisano laboró siete años en aquellas soleadas tierras, creando la parroquia de Arguineguín, desgajada de Maspalomas, cuna por cierto de grandes futbolistas como David Silva y Juan Carlos Valerón. «Yo conocí al padre de Silva, un sencillo pescador», indica. Con tanto turista, a la entrada de la iglesia colocaban las lecturas en inglés y alemán, y un día llegó un señor muy trajeado y le dijo: «No se extrañe de que vengan algunos policías, es que entre los fieles se encuentra el presidente de la República de Irlanda».

A su regreso a León, Teotiste Santamarta estuvo seis años en La Pola de Gordón, pero tanta era su querencia por los pueblos pequeños que el obispo Vilaplana le encargó casi todo el Curueño, desde Ambasaguas a La Vecilla. «Son casi todo gente mayor, sencilla, yo adoro trabajar con ellos», declara. Hoy vive en Santa Olaja del Porma y no piensa para nada en retirarse. «De una profesión uno puede jubilarse, pero de una vocación... nunca».

tracking