Diario de León

PATRONO DE LA DIÓCESIS

San Froilán, ermitaño, predicador y obispo de León El Papa concede el año jubilar y las indulgencias La patrona que protege las tierras de León Sequías, pestes y otras necesidades Medalla de oro de la provincia Un santuario para los nuevos tiempos Una cor

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León

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|||| El cinco de octubre del 905 moría en León San Froilán, convertido hoy en patrono de la diócesis leonesa. Dentro de un año hará once siglos de este acontecimiento, que aparece recogido no sólo en la historia de León cuando era sede de reyes, sino en la Catedral, tanto en su tumba como, por ejemplo, en las tablas góticas de Nicolás Francés en el altar mayor. Julio de Prado Reyero recoge la biografía de este gallego nacido en Lugo en el año 833, de la mano de uno de los discípulos del santo, Juan Diácono. Destaca que, «como buen gallego», tuvo siempre espíritu viajero, que unió a un deseo de soledad y meditación que le abordó ya en la adolescencia. Tuvo una visión, en forma de dos palomas que venían del cielo, y durante años predicó de pueblo en pueblo la vida de los santos. Sus predicamentos se extendieron, entre otros lugares, por Villafranca del Bierzo, Cacabelos, Ponferrada, Bembibre, Astorga, León,... y en multitud de lugares a la vera del Camino de Santiago. Sin embargo, siempre prefirió lugares «más escondidos e inaccesibles», como los montes de Vegacervera, Aviados, Montuerto o el Curueño. Cerca de Valdepiélago se encuentra con Atilano, un sacerdote mozárabe que le acompañaría en su peregrinaje. En el Curueño, en Peña Cocurriña, a 1.927 metros de altitud, está la gruta de San Froilán, en la Valdorria, donde los ermitaños construyeron una celda para hablar con Dios. El rey Alfonso III El Magno fue un gran admirador suyo, le requirió ayuda para reconquistar el reino asturleonés para el cristianismo. En el año 900 le hace obispo de León. |||| «Hace 25 años, en vísperas del cincuentenario de la Coronación de la Virgen del Camino, monseñor Fernando Sebastián dedicaba una parte de su instrucción pastoral a justificar las conmemoraciones frente a una doble tentación, la de convertirlas en unos actos oficiales, más o menos ostentosos, sin verdadera repercusión en el pueblo; y la de reducirlas a una serie de festejos pero sin verdadero contenido pastoral y religioso. Hoy la situación es aún más delicada, dado el afán de considerar las manifestaciones religiosas como expresiones costumbristas y culturales sin importar demasiado su autenticidad religiosa y de fe cristiana de fondo». Con estas palabras manifestaba el obispo de León, Julián López, su preocupación sobre la celebración de los centenarios del 2005. Sin embargo, tanto los actos programados como la respuesta del Vaticano han dejado clara la intención del Obispado en este sentido. El 2005 será en León año jubilar, es decir, estará marcado por una «generosa concesión de indulgencias». «La indulgencia es parcial o plenaria según libere de la pena temporal debida por los pecados en parte o totalmente», advierte el Obispado, que añade: «Todo fiel puede lucrar para sí mismo o aplicar por los difuntos, a manera de sufragio, las indulgencias tanto parciales como plenarias». Durante el año santo los fieles podrán beneficiarse de la indulgencia plenaria cumpliendo las intenciones que establece la Iglesia (confesión quince días antes o después de los actos, comunión y oración por las intenciones del Papa); y se concede la indulgencia en las celebraciones de apertura y clausura del año jubilar (aunque se sigan por radio o televisión); las celebraciones en la Catedral, santuario de la Virgen del Camino, San Froilán en la Valdorria, y los santuarios marianos marcados por la diócesis. También en la Inmaculada, el 1 de enero, la Asunción, Virgen del Camino y las fiestas titulares de estos lugares sagrados. Igualmente, se concederá en cualquier lugar sagrado de la diócesis en el que haya celebraciones en honor a la Virgen o San Froilán, y estén presididas por un obispo. |||| El 1 de junio de 1965 la imagen de la Virgen del Camino, a su paso por la plaza de Santo Domingo, camino de vuelta a su santuario, tras haber permanecido nueve días en el altar mayor de la Catedral de León. Durante ese tiempo recibió todo tipo de ofrendas y veneración, con el objetivo de implorar la lluvia. No era la primera vez que los leoneses pedían a la patrona que les librase de sus males. |||| En 1914 la Virgen del Camino obtuvo de Roma la declaración de patrona de la región leonesa. Y fue el 7 de junio de 1917 cuando el papa Benedicto XI autorizó la coronación canónica de la imagen, lo que contribuyó a incrementar la devoción que desde siglos antes se tenía a esta imagen. Su presencia en los actos y las instituciones leonesas ha sido permanente desde entonces. La imagen recoge el momento en el que se le impone la medalla de oro de la provincia, en verano de 1954. |||| Desde la coronación de la Virgen, en 1930, se reclamaba un nuevo santuario para la patrona. Se inició en 1957, con el patrocinio de Pablo Díez Fernández. El arquitecto fue Francisco Coello; las figuras y las puertas de bronce las realizó José María Subirachs y las vidrieras del templo son obra de Roberto Rafols Casamada. Las del camarín, del dominico Domingo Iturgáiz. |||| La imagen de la Virgen del Camino cuenta con su inseparable trono de plata, los mantos que caen hacia el camarín, y las trabajadas coronas. En la imagen, el maestro orfebre Andrés Cortés coloca de nuevo la corona sobre la cabeza de la imagen, después de una de las restauraciones. |||| En mayo del 2003 la imagen de la Virgen vuelve a su santuario, rodeada de fieles, desde la Catedral de León. Hasta este templo se trasladó a la patrona con motivo del séptimo aniversario de la Catedral. Aunque los tiempos son muy otros, un multitudinario séquito acompañó a pie a la imagen en este camino de ida y vuelta. Como se ha hecho durante siglos.

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