Diario de León

León da vueltas a un corredor verde

Pequeñas intervenciones ambientales podrían culminar el histórico desafío de tener en León un cinturón ecológico ininterrumpido por el monte San Isidro, La Candamia, las riberas de los ríos y Eras .

Publicado por
M. ROMERO
León

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Un cordón verde alrededor de la capital, un nuevo pulmón para hacer de León un lugar aún más habitable. Ese el gran desafío ambiental que la ciudad no ha sabido abordar en los últimos años y que ha convertido a otras de equivalente tamaño, caso de Burgos, en referentes de la movilidad verde en el ámbito periurbano.

El zoólogo Francisco Purroy ha sido pionero en proponer un nuevo corredor ambiental en la ciudad través de las áreas silvestres y naturales que comienzan en el monte San Isidro, continuaría por Villaobispo hasta La Candamia, seguiría por los huertos hasta llegar a la ribera del Torío, primero, y el Bernesga, después, para acabar en Eras de Renueva y entroncarse de nuevo con San Isidro. La longitud real de su iniciativa abarcaría entre 15 y 20 kilómetros, en los que habría que realizar pequeñas intervenciones, como la continuación de un carril bici protegido, la reforestación de zonas muy concretas y la urbanización de otras.

Hay muchos trabajos técnicos en los que se sustenta la propuesta de rodear la ciudad con un corredor verde. Entre otros, los alumnos de la Facultad de Biológicas han realizado los inventarios de flora y fauna de La Candamia, el monte San Isidro y las riberas del Torío y el Bernesga, que son las principales áreas naturales del cinturón. La mayor parte de los estudios se han elaborado sobre la vegetación y los vertebrados, pero las líneas de investigación en este entorno urbano han ocupado ya temas tan diversos como la producción de hongos en el monte San Isidro o el análisis de la biodiversidad vegetal como base para una valoración naturalística de un espacio.

Probablemente, la reliquia forestal de San Isidro sea el espacio más rico de todos cuantos formarían parte de un hipotético corredor. Sólo aquí han sido catalogadas más de 70 especies de plantas, siete de insectos, cinco de reptiles, más de 50 de aves y una docena de mamíferos.

Éste podría ser el punto de partida de un corredor que podría tener una continuidad ininterrumpida a lo largo de una veintena de kilómetros cartográficos alrededor de León, que sobre el terreno vendrían a ser algunos kilómetros más. Tan sólo quedaría por salvar el paso entre Eras de Renueva y el monte de San Isidro en la carretera de Asturias y sortear el arroyo de la Huelga en Navatejera hasta alcanzar Villamoros, donde ya se encuentra el parque de La Candamia.

Para ello sería imprescindible idear un carril bici que, más que una vía verde alrededor de la capital con carácter exclusivamente lúdico, se conciba con un carácter orgánico, con conexiones a puntos de la ciudad donde es factible llegar en bicicleta, por ejemplo el campus universitario o las áreas fluviales.

Esta intervención urbana requeriría la cooperación de los ayuntamientos de Sariegos y Villaquilambre, porque de no ser así no existiría la posibilidad material de hacer un corredor ininterrumpido, especialmente en un tramo del entorno universitario.

El proyecto global podría estar integrado por nueve planes parciales correspondientes a otros tantos espacios, entre los que se tendría que dar prioridad a la restauración de las riberas y a la ampliación de los huertos de La Candamia

Esta emblemática zona de León, el denominado parque de verano de la ciudad, sigue perjudicado por el uso de quads, los vertidos del Torío y el abandono del observatorio de aves. Es necesario que se desarrolle el saneamiento total del municipio de Villaquilambre para evitar vertidos al río Torío. Se da la circunstancia de que el cauce del río Torío a su paso por esta zona y los diez metros de policía de aguas son competencia de Confederación Hidrográfica del Duero, por lo que la intervención dependería directamente de esta institución.

 

Vivero o jardín botánico

En la zona de la Lastra lo interesante sería realizar una recuperación integral de la zona entre el área de Carrefour y los antiguos almacenes municipales. La idea sería aprovechar en este tramo el vivero municipal de plantas y el Coto escolar. Teniendo en cuenta las posibilidades que abre la «v» en la que confluyen los ríos Bernesga y Torío, éste podría convertirse en uno de los paseos más notorios de la capital, tanto en longitud como en atractivo natural.

Siguiendo por la senda, lo siguiente sería el Coto. Aunque está destinado a programas de educación ambiental infantil, el espacio podría ser readaptado y puesto al día para integrarlo en el corredor. El vivero de plantas que se encuentra al lado de este espacio podría ser reconvertido en un parque botánico, aprovechando que algunas especies que tienen una edad considerable.

A continuación estaría el río y allí una de las zonas urbanas más degradadas de la capital y en la que sería necesario hacer un proyecto de intervención social antes de integrar la zona en el cordón verde. Junto al Hípico y el Hispánico aún se encuentra uno de los poblados chavolistas más antiguos de León. Creado con carácter temporal hace más de 20 años para alojar a familias en riesgo de exclusión, las chavolas todavía son hoy una realidad para una decena de familias. De resolverse este punto, León ganaría un privilegiado espacio fluvial en el que se podría continuar el carril bici y el paseo que actualmente recorre el río Bernesga hasta el puente de la plaza de Toros.

El camino podría continuar por la ribera del Bernesga hasta Eras de Renueva, donde sería necesario acometer una pequeña ampliación de las áreas para paseantes y construir un paso seguro que enlazara esta zona de la ciudad con el monte de San Isidro, el núcleo ambiental más importante de la ciudad (86,68 hectáreas, de las que 14 no son visitables). La Diputación acaba de realizar un plan de mejora que ha ampliado las zonas de disfrute del monte. Por un lado, ha habilitado cuatro miradores desde los que contemplar la ciudad y el alfoz y ha colocado cinco paneles informativos para que el visitante sepa siempre dónde estar y qué ver en su ubicación. Durante el paseo, zorros, jabalíes, corzos o conejos pueden salir al encuentro de los caminantes, que irán entre robles y encinas y, en la parte alta, por una replantación de pinos con más de medio siglo de vida. Como pequeña curiosidad, durante el recorrido se pueden ver las antiguas colonias que usaban desde 1917 los alumnos de los cursos de verano de la Fundación Sierra Pambley.

Y, antes de acabar el paseo por el río Bernesga, el parque de Quevedo, uno de los espacios verdes más populares de la ciudad que también podría introducirse en el corredor a través de un pequeño enlace desde el puente de San Marcos para volver a dar salida a la ribera del Bernesga por el Área 17.

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