Veinte días paralavar la ropa sucia

A la desesperada, las tres semanas que faltan para el 22 de mayo rebosarán de denuncias con vocación de escándalo. La batalla final huele a lavandería porque los partidos recurren a la pirotécnica mediática. Un ejemplo: sabemos ahora que la Generalitat valenciana, que tiene asfixiados a sus proveedores -”Canal Nou paga con año y medio de retraso-” atendió en treinta días facturas por seiscientos mil euros de Orange Market, la empresa de El Bigotes, obsequioso amigo de Camps. Revelaciones como ésta, se dispararán desde todos los bandos, en los próximos días.

El PP aventaja al PSOE en diez puntos según el CIS, pero ciudad a ciudad, las cuentas son otras. Puede que el tsunami popular arrase. «El PSOE está entre una hostia o un hostión», resume en un gráfico titular una periodista parlamentaria. Sin embargo, hay una larga lista de ciudades que los socialistas confían retener: Zaragoza, San Sebastián, León, Gijón, Segovia, Soria, Palencia, Huesca, Elche, Lleida o Las Palmas. Algunas encuestas advierten que los socialistas pueden perder Sevilla, Barcelona y Palma de Mallorca, en parte por el retroceso de sus aliados, Unió Mallorquina o Esquerra Republicana, pero perdiéndolas al fin y al cabo. Y en pocos casos esperan recuperar alcaldías, salvo Teruel, Villarreal, Alcoy y otras ciudades medias. En poblaciones menores la estabilidad parece dominar y por eso el PSOE confía en mantener, a pesar de todo, un alto número de Diputaciones provinciales.

Con todo, el PP espera que el mapa político dé un vuelco espectacular y anticipe una victoria de Rajoy diez meses después. Sobre todo, el riesgo máximo del PSOE está en las autonomías porque puede encontrarse gobernando solo en Extremadura y,con mucha suerte, en Castilla La Mancha. Aragón, Baleares y Asturias están en el aire y dependerán más que nunca de las alianzas. En Madrid, Murcia y Valencia las opciones son inexistentes. En La Rioja el desgaste del popular Pedro Sanz no parece suficiente y en Cantabria y Navarra puede pasar cualquier cosa. Revilla podrá seguir gobernando si el PSOE no cae demasiado y la reconciliación del PP con Unión del Pueblo Navarro puede llegar si los números lo permiten.

Dos veteranos de la política, Alvarez Cascos y el regionalista aragonés Biel, aspiran a convertirse en el Revilla de su comunidad. «Cascos no sacará más de cinco diputados», pronostica la popular Alejandra Cuétara, «pero si suma mayoría con el PP, exigirá la presidencia.» Un ex vicepresidente del PP remata: «Mejor negociarán el apoyo de Cascos a cambio de una retirada bien remunerada». También en Asturias se presienten vísperas de revelaciones que impacten en la campaña electoral.

Entretanto en Aragón, Biel insiste en que «mi pacto de doce años que ha dado estabilidad y progreso a Aragón era con Marcelino Iglesias, no con el PSOE». Con esa finta, el presidente del PAR juega su última oportunidad para presidir Aragón. El PP puede aceptarlo con tal de evitar la presidencia del PSOE. La noche post electoral puede tener en Aragón rasgos de partida de póker, sobre todo por los faroles.

Más allá de los dos grandes y de las opciones regionales, Izquierda Unida aspira a subir recogiendo parte del malestar de los casi cinco millones de desempleados. Y también Rosa Diez, de UPyD aupada por el desencanto del malgobierno del PSOE y la mala oposición del PP. Sumando todas las opciones, la jungla de papeletas se hará muy densa destacando Asturias con diecisiete candidaturas autonómicas y una media de diez por cada localidad. La más exótica es la de un ex sacerdote que aspira a ser alcalde independiente de Oviedo. Ejerció, antes de colgar los hábitos, como cura y, al tiempo como abogado, así que «casaba por las mañanas y divorciaba por las tardes», aseguran en Oviedo. !Menuda crónica municipal hubiera escrito Luis Carandell en su Celtiberia Show!