Diario de León

cuerpo a tierra

Capital de lo oculto

Publicado por
antonio manilla
León

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Al hilo del Presuntísimo (hablo del Grial), hemos pedido en esta columna un par de veces que, ya puestos, se promoviese desde el Ayuntamiento, que a lo que se ve está para estas cosas muy predispuesto —algunos sospechan que mucho más que a mantener calles y barrios en perfecto estado de revista—, la nominación de León como «capital de la Atlántida». A la concejala del ramo, profesional de la historia y a veces participante en programas televisivos de variedades entre las que se encuentra la parapsicología, le ha debido de parecer excesivo, pero no del todo mala idea, así que ha organizado, para mediados de octubre, unos actos que acaso conduzcan a esta reivindicación de lo nuestro que nadie ha hecho, aunque démosle tiempo al tiempo. Se trata del «I Encuentro Internacional de Ocultura, la semana de la cultura de lo oculto», que dice nacer con voluntad de continuidad, es decir, con al menos una muy visible intención de perpetuarse en el tiempo.

Javier Sierra, autor de muchas ventas, investigador de lo que no se ve y ponente que lo será de una conferencia titulada «100 años de misterio en Fátima», ha manifestado que «la elección de León para su celebración no es casual». Efectivamente, cómo iba a serlo: más allá de los personajes locales que citó al paso, a mí no se me ocurre un escenario más proclive a la exaltación de lo inexplicado que esta ciudad nuestra, que ha sido capaz de sacarse de la manga el as de un objeto de visita devota como imán para el turismo, el ya citado Presuntísimo. Otro ponente es Lorenzo Caprile, modista (el femenino lo reivindica él), que se presentó espontáneamente en el juicio del Caso Nóos para apoyar moralmente a su amiga la infanta Cristina, y charlará sobre un tema casi tan trillado como el de Fátima: lo que oculta la moda. Homeopáticamente hablando, nadie puede decir que las conferencias no prometen ser jugosas.

Hacer de León la capital de lo oculto seguramente dé unos cuantos réditos televisivos y algunos créditos extracurriculares, pero a uno le extraña que, en unos tiempos en que las instituciones públicas predican tanto la transparencia, el municipio opte por ensalzar la alquimia, la magia, la astrología. El esoterismo, en fin, enemigo secular de las ciencias, incluso de las ciencias sociales, esas que imparte en la universidad la «concejala de Ocultura».

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