Diario de León

Señora Yolanda Díaz, creo que se equivoca

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Yolanda Díaz es la ministra de Trabajo y vicepresidenta segunda del Gobierno de España, militante del PCE y con acta de diputada por UP. La señora ministra está desde hace un tiempo «en candelero», es decir goza de extremada publicidad, que bien gana en sus apariciones.

Me parece que tiene demasiada presencia fuera del Gobierno. Todo se sustenta a partir de su «imagen», es fotogénica o al menos sale favorecida en las fotos, construye bien los discursos, tiene una forma de hablar amable y sonriente y además «juega muy bien con las palabras».

Su proyecto se maneja con líneas tan imprecisas que rozan la indefinición. No me basta con lo de trabajar para la sociedad en su conjunto y buscar una mayoría social, ni abusar de la palabras dialogo, pacto… Es otro juego de palabras que me huele a oportunismo.

Los actos de Valencia y Barcelona apuntaban a sentar las bases de una plataforma política a la izquierda del PSOE. Pero la izquierda del PSOE no es una esquinita, es un amplísimo espacio que ustedes los políticos han ido reduciendo por su propia incapacidad. En mi opinión, su nueva formación tendría que nacer con la convicción de tender la mano al PSOE y así, poder construir un bloque en la izquierda, sus declaraciones, no ha desvanecido dudas, ha creado más.

Yolanda Díaz, manifiesta que no se siente progresista (no soy la típica mujer progresista), ni de izquierdas, ni de «la esquinita» a la izquierda del PSOE, no pretende aglutinar a la izquierda sino trascender de ese espacio político.

Díaz ha declarado que ella no trabaja «desde la izquierda de la izquierda», que lo que le seduce «es pensar en un país en grande donde quepan prácticamente todos». Insiste, yo «no quiero estar a la izquierda del PSOE, es algo muy pequeño y marginal».

De nuevo el juego de palabras fácil, que llega a todo el mundo incluso renunciando a estar en la izquierda del PSOE que es desde donde ella nació y donde la colocaron los electores. Yo la concibo en ese lugar y con sus valores.

De nuevo el juego de palabras fácil, que llega a todo el mundo incluso renunciando a estar en la izquierda del PSOE que es desde donde ella nació y donde la colocaron los electores. Yo la concibo en ese lugar y con sus valores. Pero se me está escapando

Pero se me está escapando. Díaz reivindica la «transversalidad», renuncia a sus ideas, para encajarse en un espectro político clásico que englobe a izquierda y a derecha. Intentar gobernar a un grupo determinado que quepa en el espectro político que abarque a izquierda y derecha es «sincretismo político», o sea un «totun revolutun» difícil de liderar.

La historia es muy machacona y ha dado la espalda a movimientos similares y los que lo han intentado recientemente han fracasado. Usted tendrá memoria. ¿Se acuerda de Iñigo Errejón? ¿O de cuando la señora Carmena quiso desligarse de los corsés que imponen los partidos?

Con Yolanda caben todos, como en el 15-M, ¿Qué nos queda de esta fecha? Poco o nada. Para ella las ideas políticas preconcebidas y los partidos hegemónicos «fuera».

En la plataforma que va a crear y de la que ya tiene cimientos (reuniones de Valencia y Barcelona…) nos quiere meter a todos, a la izquierda y la derecha. Creo que para ello, tiene usted que acotar la línea transversal y aun así no lo conseguirá.

Yo no puedo, ni quiero situarme al lado de Abascal o Ayuso, ni de Casado, ni de Arrimadas… ni de Sánchez si sigue en su estatus actual. Ni quiero el regreso de Pablo Iglesias demasiado ocupado en impartir lecciones en su Ágora. Esta línea trasversal luego habrá que colocarla bien, no creo que tenga que estar en la horizontal (a la izquierda socialismo, a la derecha libre mercado, arriba el autoritarismo y por debajo libertarismo).

No me gustaría que España entrara en la política de «jugar por los extremos». Es preciso acotar esta línea transversal precisamente por los extremos y un poco caída la franja izquierda hacia abajo, donde se coloca de hecho «la igualdad», que es donde debemos buscar esa mayoría social.

Mire, señora Díaz, a mí no me caben, ni la extrema derecha, ni la extrema izquierda por razones obvias. Si le caben a usted abandone por favor, no siga, será un rotundo fracaso suyo y de quienes nos sentimos progresistas. O aclare qué es lo que quiere, donde se siente a gusto y cuál es su proyecto realmente.

Estamos «confusos». No me cuente o cuénteme «mejor» ese conjunto de acciones normativas, educativas, sociales,  políticas, económicas e ideológicas que promueven la igualdad de derechos y oportunidades para hombres y mujeres. ¿Cuál es su nueva ideología que busca no vincularse con las ideas políticas preconcebidas? Sin partidos no hay política y yo no conozco un partido Transversal de España, ni lo quiero, ni es posible.

En España lo queramos o no vivimos una socialdemocracia muy girada hacia el centro y… más allá. Anunció un proceso de escucha con agentes políticos y sociales para después de Navidad.

Supongo que será ya como ex ministra porque a día de hoy sale demasiado en publicaciones más afines con los ecos de sociedad y está dando mala imagen como ministra.

Un mal paso señora Díaz, debe prestar toda la atención a su ministerio y aunque diga que es lo que hace, no lo parece. Lo que sí la creo, es que le de miedo despertar demasiadas expectativas personales y pocas de futuro. ¿Como se puede aspirar a desplegar políticas para la mayoría social desde un colectivo transversal?, ¿tendremos que soportar la política de libre mercado, la autoritaria, la reaccionaria, la anarquista?

No, una sociedad transversal como la que pretende Díaz no entra dentro de mis cálculos. ¿Dónde situamos en esta transversalidad a los votantes de Vox? ¿Incluso a los del PP?

La vida social igualitaria no tiene opción en la derecha española; si lo es y lo ha sido con matices en la izquierda española. Su transversalidad que no comparto, la entiendo como una llamada al voto, incluso populismo, o estrategia electoralista, «un atrapalotodo».

No niego que tiene carisma, que lo sabe y que lo explota, no de la manera que lo explota la señora Ayuso (sus asesores —M. A. Rodríguez— le preparan cada respuesta) pero sus discursos llegan. Usted debe trabajar con otra óptica. Lo marginal, habrá que hacerlo crecer.

Señora Díaz, aún quedan dos años para las próximas elecciones y apoyada por otras «mujeres» validas construyen una plataforma de la que solo por sus declaraciones presuponemos lo que va a pasar. Aún es ministra del Gobierno y no es justo, que esté creando tensiones en el mismo mientras tenga responsabilidades.

Si no está a gusto ¡váyase!, y comience su trabajo unida o no al PSOE, pero desde el progresismo. De no hacer alguna de estas cosas, volveremos a oír lo de «quererme menos y votarme más».

El 15-M nació como modelo político trasversal, con grandes consensos en derechos sociales, laborales, igualitarios... Si la transversalidad es «construir mayorías» sociales que no electorales, pues tenemos ya suficiente experiencia de que en nuestra sociedad no es posible esta transversalidad.

Esas mayorías son las que deberían asaltar… ¿se acuerdan? Hubiera sido un magnífico proyecto… en otra sociedad.

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