La infancia descolocada

carmen Tapia | león

Trabajan con las familias y se vuelcan en dar a los niños y niñas herramientas sociales y educativas para que aprendan a alejarse de los círculos de delincuencia y alcohol. Son más de quinientos menores atendidos en los recursos de prevención abiertos en León en el centro municipal Gloria Fuertes, Cruz Roja, Juan Soñador, Auryn, Asociación Valponasca y Don Bosco y Cáritas.

La mayoría son hijos de familias de clase media, víctimas de la crisis. Otros sufren pobreza estructural. El director del centro Gloria Fuertes, Jesús Núñez, destaca que el objetivos de todas las organizaciones es atender a los niños y niñas que llegan derivados en su mayoría por los servicios sociales «para potenciar y ayudar el trabajo que hacen las familias». Menores en riesgo de exclusión social. Las familias monoparentales, progenitores sin trabajo, inmigrantes y familias desestructuradas restan oportunidades a los menores. «El trabajo que hacemos diariamente con ellos y sus familias es para darles las habilidades personales, sociales, autonomía, responsabilidad e integración» que permita a los más pequeños desarrollar herramientas personales y educativas de las que carecen en su entorno socio familiar.

En la primera jornada de convivencia de la infancia y de la juventud organizada por el Centro Municipal de Menores Gloria Fuertes, participaron un centenar de niños y niñas que participan en algunos de los programas diseñados por las asociaciones.

El Centro Municipal Gloria Fuertes forma parte de los recursos sociales del área de Familia y Servicios Sociales del Ayuntamiento de León. Es un espacio socio educativo dirigido a menores de entre 4 y 16 años. La intervención se realiza fuera del horario escolar. Al centro acuden 15 menores —el más pequeño tiene 6 años y el mayor 16— seleccionados por sus circunstancias o dificultades socio familiares. «Nuestro objetivo es la protección, promoción e inserción», asegura su director. Y para conseguirlo recurren a actividades de apoyo escolar, educación social, animación sociocultural, ocio y tiempo libre.

La Asociación Valponasca atiende actualmente a 16 menores en riesgo. «Son principalmente niños de familias monoparentales o con un bajo nivel económico. Llegan a nuestro centro bien porque oyen hablar del recurso o derivados por los Centros de Acción Social o los propios colegios. Tenemos menores de entre 8 y 14 años. Hasta los 15 años están con nosotros y después los derivamos a los recursos que creemos más adecuados para ellos». explica Nuria Jerez, una de las responsables de la asociación.

Al centro juvenil Don Bosco asisten 120 niños y niñas del barrio de Armunia. «Tenemos varios proyectos educativos, tiempo libre, dinamización del barrio y vacaciones escolares, entre otros», explica Javier Barrio. El 15 de enero de 1980, un grupo de ocho jóvenes, apoyados por los salesianos, dieron oficialidad, con la creación del centro juvenil Don Bosco, a las actividades de ocio y tiempo libre que organizaban para los niños y niñas, no sólo de Armunia, sino de otros puntos de la ciudad. A sus dependencias llegaban jóvenes que buscaban apoyo escolar, ocupación del tiempo libre y cine, una de las actividades estrella del centro en aquellos años. Durante treinta años, más de 4.000 jóvenes leoneses han participado en algunos de los doce programas educativos, lúdicos y solidarios ofertados por el centro de los salesianos de León.

La Asociación Auryn nació en noviembre de 2001 con el objetivo de crear espacios, posibilidades y alternativas de ocio y tiempo libre educativo para los niños y niñas, jóvenes y personas mayores de la ciudad de León, principalmente del Barrio de la Lastra. El 90% de sus usuarios son inmigrantes. Los 80 chicos y chicas jóvenes que participan en sus actividades buscan un lugar que fomenta la participación. «Trabajamos también los intercambios europeos. Somos una asociación juvenil a la que acuden personas de entre 14 y 30 años, que luego se pueden quedar como voluntarios», asegura Sandra Mateos, una de las responsables de la asociación.

Otros 140 menores reciben apoyos en los dos programas de promoción al éxito escolar y atención a menores con familias en dificultad social de Cruz Roja. Las dificultades económicas de las familias son, de nuevo, la causa principal de reforzar los apoyos.

La pobreza se cronifica en León. Así lo constatan Cáritas, que el año pasado atendió a 1.705 familias, 3.988 personas, en 2015. Las principales necesidades están relacionadas con el apoyo personal y la vivienda: alquiler, gas, electricidad, alimentación, salud y educación. Necesidades básicas que no logra cubrir el Estado. Acceder a un puesto de trabajo es cada vez más complicado y los que se ofertan son precarios.