Diario de León

Cultura ■ Escultura

Amancio hace volar a un molinero de 600 kilos

Antes de elevar nuevas esculturas en Francia y Chipre, firma una gran obra en Villacelama Incluye una piedra centenaria .

El escultor Amancio González frente a su nueva escultura, ‘Molinero del aire’. MARCIANO PÉREZ

El escultor Amancio González frente a su nueva escultura, ‘Molinero del aire’. MARCIANO PÉREZ

Publicado por
E. Gancedo
León

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Rinde homenaje al oficio del molinero, durante largos siglos la única industria que existió en el medio rural, básico en su función de suministrar alimento para familias y ganados... pero también puede ser flamante símbolo de toda la ribera del Esla, tierra de mucho molino maquilero, serrería y fábrica de luz, presas milenarias, patrimonio inmenso que en un par de décadas, y en gran parte, dio con sus huesos de puerto y azud, teja y tapial, en el suelo... y el canal, seco o desaparecido. Es Molinero del aire, la nueva y singular creación que el cada vez más internacional escultor leonés Amancio González culminaba ayer con su rúbrica frente al molino de Villacelama: uno de los pocos que, gracias al esfuerzo e ilusión de sus habitantes y defensores, no sólo sigue en pie sino que ilustra sobre las funciones, dependencias y maquinaria de las viejas harineras. a los clientes de la premiada casa rural que tiene aneja.

Fruto de la convergencia entre el artista y Yolanda, alma máter de este molino riberano —galería Ármaga de por medio—, surgió la idea y el encargo. Han transcurrido dos años de diseños, conversaciones y cambios y el resultado es una de las inconfundibles criaturas del escultor de Villahibiera ‘pujando’ por una antigua piedra del propio molino, pulida y trabajada hasta el máximo tras años incalculables de rodar sobre el trigo, el centeno y la cebada.

Una rueda de casi metro y medio de diámetro, de 300 kilos de peso, que sumados al resto de la estructura ofrece un total de 600 kilos —y casi seis metros de alto, son 5,40 de largo—. Se trajo del molino con un tractor y se subió con ayuda de una grúa en labor delicada y no poco compleja. «Creo que lo más característico de la obra es la tensión que genera, la reflexión que hace sobre el trabajo y el esfuerzo humanos», comentaba Amancio en referencia a la doble circunstancia contundente y aérea de este Molinero del aire que marca la entrada al remozado molino cuya primera referencia documental data del siglo XII. Ahora, el leonés viajará a Chipre y Francia para cumplir nuevos encargos que se sumarán a los ya realizados en México, Armenia, Georgia, Dinamarca, Croacia, Turquía... y a los de esos lugares que tanto le ‘prestan’, por ejemplo Villacelama.

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