Diario de León

METIDOS EN CAMPAÑA

Rajoy, por primera vez: «Creo que vamos a ganar»

Mariano Rajoy salta ante los miles de simpatizantes del partido que llenaron la Plaza de Toros de Valencia.

Mariano Rajoy salta ante los miles de simpatizantes del partido que llenaron la Plaza de Toros de Valencia.

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Antonio Montilla | Valencia
León

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MARIANO RAJOY / RITA BARBERÁ / ALFONSO RUS / ESTEBAN G. PONS / A. FABRA / MARÍA BARREDA

Plaza: Valencia. Plaza de Toros.

Incidencias: Lleno total. 22.000 personas. El público, en éxtasis. El grupo alicantino Sin Pauxa interpretó su ‘hit’ ‘Alfredo no te creo’. Los organizadores repartieron miles de chubasqueros compactados en forma de pelota azul. Los autobuses fletados por el PP coparon Valencia. Nadie, salvo Fabra, osó mencionar a Camps,.

Mariano Rajoy: Con euforia contenida. Intentó neutralizar excesos con un tono moderado.

Mariano Rajoy transformó ayer la euforia contenida en euforia desatada. La falsa modestia disgusta al líder del PP tanto como las vanidades desbordadas, pero con todas las encuestas a su favor y el subidón que provoca la ovación y el calor de los 20.000 seguidores reunidos en la plaza de toros de Valencia, el candidato popular proclamó: «Amigas y amigos, creo que vamos a ganar; lo creo y lo digo, pero luego viene lo más difícil». Nunca antes se había mostrado tan rotundo y eso que falta aún siete días para que se abran las urnas. Los prospecciones electorales del PP marcan desde el principio de la campaña una «ventaja inamovible» de entre 15 y 16 puntos sobre el PSOE. Sólo en el peor de los escenarios posibles barajan obtener una holgada mayoría simple, un «mal» que atribuyen a unos miles de votos en cada circunscripción que pueden decantar un escaño hacia un partido u otro, sobre todo en provincias de Andalucía, Cataluña y Comunidad Valenciana Rajoy, mientras tanto, sigue imprimiendo a sus mítines la dosis justa de reproches como para seguir manteniendo vivo el trasvase de votos del PSOE al PP que, según fuentes populares, podría superar el millón. Rajoy, por si acaso, volvió a insistir en los «riesgos» de un triunfo socialista. Llegó a decir que votar al PSOE el próximo domingo supondría «dejar caer definitivamente a España», en alusión a la posibilidad de que la Unión Europea ordene un rescate de nuestra economía como el que han tenido Irlanda, Portugal o Grecia. De hecho, Rajoy habría intentado tranquilizar a los socios comunitarios de España mediante contactos mantenidos con embajadores europeos en España, explicaron miembros de la cúpula popular. El líder del PP, además, criticó al PSOE por apelar al «voto de los sentimientos». Se preguntó dónde estaban los sentimientos «cuando engañaban a los españoles o cuando cientos de miles de personas perdían su puesto de trabajo». Un interrogante que respondía a la acusación lanzada la víspera por el candidato socialista, quien denunció que Rajoy no tenía sentimientos hacia quienes peor lo pasan en la crisis.

Los populares han detectado un cambio de estrategia socialista para hacer una campaña más radical y achacan la «agresividad» de Rubalcaba no a un intento de disputar la victoria a Rajoy, sino de «taponar la fuga de votos» por la izquierda del PSOE. Pero Rajoy se mantuvo fiel a su discurso y abundó en que el domingo no se dirime una disputa ni partidista ni ideológica. «Se decide si caemos definitivamente o si vemos la luz al final del túnel», remachó. En ese momento se produjo una leve interrupción del mitin cuando dos miembros del 15M, que gritaban «¡no nos representan!», sacaron una pancarta en la que se leía «PP-PSOE corruptos». Rajoy, pasados un par de minutos en los que la plaza se puso a cantar «soy del PP, soy del PP», apostilló que no cree que los españoles tengan temor al cambio. «A lo tienen pavor —dijo— es al inmovilismo y a que no se produzca un cambio político en España».

Sin Camps. El mitin de Valencia fue una prueba más de la crudeza de la política. La plaza de toros se llenó para apoyar a Rajoy, pese a que hace tan sólo cuatro meses, la dirección del PP presionó a Francisco Camps, con el consiguiente disgusto de los populares valencianos, para que renunciara a sus cargos de presidente de la Generalitat y del partido en Valencia tras ser procesado como presunto autor de un delito de cohecho en el caso de los trajes. Ayer, nadie se acordó de Camps. Sólo su sustituto al frente del partido y del Gobierno valenciano, Alberto Fabra, se refirió a él con un lacónico «Paco» en la misma frase cortés en la que se acordó de Zaplana como ex líderes del PP en Valencia.

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