120 curvas, 17 kilómetros, 800 metros de desnivel, pendientes que alcanzan el 17 %. Sólo comparable en Europa al Alpe d’Huez. Abrió una huella en la Cordillera Cantábrica y conectó dos territorios unidos históricamente. La historia no le ha hecho justicia a esta carretera, una obra de ingeniería única, un gran desafío. El 10 de noviembre de 2024, a las 10.15 horas, un gran argayo cortó la autopista AP-66 en el kilómetro 76 y obligó a coger de nuevo la N-630. León ha redescubierto el vértigo de conducir al borde del precipicio